Raimundo Fitero
Bares
Nos vemos en los bares. Resulta que la chispa de la vida, esa imagen labrada en burbujas que se interpone siempre en cualquier idea de colonización de baja intensidad, está propiciando un anuncio que cuando menos debemos reconocerle que es magnífico, por su calidad formal y porque nos atrae con lo que nos cuenta. La cola global puede contratar a los mejores creativos y además dedicarse a lanzar mensajes que pueden ser positivos, hasta que uno llega a su final, cuando se siente defraudado al enterarse que se trata de una sublimación del producto burbujeante adherido a mensajes de solidaridad, o el último del que hablamos, el que está ahora apareciendo por todos los medios que tiene como objetivo la reivindicación o salvación de los bares.
Sí, los bares, esos locales que han sido en muchos lugares uno de los pocos espacios donde socializarse, donde relacionarse, donde quedar, charlas, escribir, enamorar, soñar, conspirar. Sí, los bares, los cafés, las tabernas, esos lugares que habitan en nuestra memoria y que se solidifican construyendo un monumento casi granítico de pasajes importantes de nuestras vidas. Bares que coexisten en nuestros barrios con otras versiones del mismo negocio, a los que seguimos acudiendo para seguir con nuestro rituales mañaneros, de tarde o de noche.
En el anuncio de marras se nos dice que cuando un bar se cierra, se cierran muchos amores, muchos sueños, muchas conversaciones, hasta insinúan que la Constitución se negoció en los bares. Es una anuncio melancólico, bello, con contenido tramposo. Porque los bares no se pueden salvar bebiendo la chispa de la vida sola. Quizás en combinación con alcoholes destilados o con vino, pero los bares forman parte de otra cultura, de otra visión del mundo que la que propicia esa marca universal.
Siento malestar con este anuncio. Caigo siempre en su persuasión. Las imágenes, el texto, la voz de la narración, lo que nos recuerda acaba convertido en un rechazo por ser esa marca quien lo propicia. Y pasado el primer sofocón, llega la pregunta, ¿se cierran bares de tal manera que sea necesaria esta voz de alarma? ¿La crisis está afectando especialmente a los bares?