Existe un aforismo, podríamos definirlo, que debiera estar esculpido en un imaginario frontispicio de Lezama para que todos los chavales que depositan sus sueños al entrar en la cantera rojiblanca lo tuvieran siempre muy presente: Que el fútbol no se acaba en el Athletic. Y la última prueba evidente de ello es Beñat Etxebarria Urkiaga, que cubrió todas las categorías formativas en el club vizcaino, apenas sí llegó a debutar en el primer equipo y ayer, cinco años después de dejar la comodidad de Lezama, vuelve a su casa por la puerta grande. «El fútbol no termina aquí», fue esa misma respuesta la que dio al ser invitado a aconsejar a todos aquellos, la inmensa mayoría, que se ven obligados a buscarse la vida futbolística lejos del Athletic.

Al jugador de Igorre se le considera un tipo tímido, discreto, al que no le gustan mucho los micrófonos y de ello dio fe en su presentación de ayer, donde no dejó grandes titulares y sí respuestas escuetas, al que le costó definirse como futbolista y cuya única sonrisa la esbozó al serle mentada su ama -presente junto a su aita- como una de las que más la empujó a volver. Ahí, y cuando se enfundó la camiseta zurigorri en las escalinatas de Ibaigane para posar ante los fotógrafos y ante un nutrido grupo de aficionados que no se quisieron perder la presentación del primer fichaje de la segunda era Valverde en Bilbo.

Porque Beñat es todo menos un galáctico y desde luego no va para icono mediático. Quizá por su imagen poco futbolera, quizá por su justa verborrea. El Athletic lo ficha, como dejó claro su presidente, Josu Urrutia, para «mejorar la calidad de nuestro primer equipo». Un reto al que el exbético no le tiene ningún miedo. «Aportaré ganas y trabajo, espero que más cosas, pero de momento eso», contestó comedido, para poco después afirmar convencido que «espero aportar bastantes cosas». Una de ellas, se atrevió a decir, el golpeo a balón parado. Y de él se espera que no sea la única.

Nadie duda de que la llegada del de Igorre reforzará la medular rojiblanca, donde defendió, al ser preguntado por su compatibilidad con Ander Herrera, que «me adapto a jugadores y también a posiciones». Y es que Beñat puede ser, si así lo considera Ernesto Valverde, el Xabi Alonso o el Pirlo de este Athletic. Pero todo dependerá del acomodo que le busque el nuevo técnico.

No estamos ante un jugador ni mucho menos veloz, ni con un aguante físico reseñable, tampoco suele ganar los duelos cuerpo a cuerpo, que luce, como dicen en Sevilla, un `trote cochinero', pero sí ante un futbolista que aporta una buena visión de juego, que sabe el destino de la pelota antes casi de recibirla, con buen golpeo de balón, con gol desde la media distancia, con pase, con centro. «Espero demostrar a Valverde que no se equivoca», llegó a decir.

Ilusionado con el nuevo campo

Un jugador que, como dijo Urrutia, «vuelve a casa», que tiene, sostuvo el presidente, «como su máxima aspiración al Ahletic», y que se siente atraído e ilusionado no solo por el equipo que se está confeccionado, no solo por tener a Valverde como entrenador, sino también por poder estrenar el nuevo San Mamés. Beñat no tiene dudas de hacia dónde debe ir este equipo. «El Athletic debe seguir la temporada que hizo hace dos años», dijo persuadido. Y no dudó en confiar en estar esta campaña «en Europa o hacer una temporada bonita». Él lo tiene claro. Llega, dijo, más maduro como persona y como jugador, al que salir del Athletic le ha venido bien, reconoció. Esperemos que al Athletic su vuelta también.