Obama afirma que no ha hablado ni con Putin ni con Jinping sobre Snowden
El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró ayer que no ha hablado con ni con su homólogo ruso, Vladimir Putin, ni con el chino, Xi Jinping, sobre la situación diplomática del exespía Edward Snowden porque no quiere poner en peligro otras cuestiones trilaterales.
GARA |
De viaje oficial a Dakar, el presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó que no enviará aviones para interceptar a Edward Snowden, el extécnico de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad, acusado de espionaje y que ayer seguía en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú. «No voy a enviar un avión de reacción para detener a un hácker (pirata informático) de 29 años, pero haremos todo lo posible para que sea detenido y juzgado», reiteró en una rueda de prensa junto a su homólogo senegalés, Macky Sal.
Asimismo, aseguró que no se ha puesto personalmente en contacto ni con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ni con el de China, Xi Jinping, para no enturbiar aún más las relaciones.
«Estamos siguiendo los canales ordinarios para arrestar a Snowden. Es un tema que pretendemos gestionar de manera rutinaria. No he llamado a Putin, pues no es necesario regatear para someter a un ciudadano a la Justicia de su país», señaló.
Lamentó que no exista un acuerdo de extradición entre EEUU y Rusia, pues esa circunstancia dificulta la entrega del exempleado de la CIA.
A este respecto, el canciller ruso, Serguei Lavrov, consideró el miércoles que «tiene derecho de marcharse donde quiera».
«Entregar a Snowden a EEUU es admitir su debilidad. Tenemos verdaderos problemas en nuestras relaciones con Washington y este asunto solo ayudará a que aumente la tensión, algo que no necesita ninguno de los dos», consideró a AFP Alexei Malashenko, analista del Centro Carnegie de Moscú.
Por su parte, Ecuador negó haber facilitado a Snowden un documento de refugiado que le permitiera viajar el pasado domingo de Hong Kong a Moscú, como dijo el fundador de WikiLeaks Julian Assange.
En este contexto, el Gobierno ecuatoriano anunció que renuncia de forma «unilateral e irrevocable» a las preferencias arancelarias que otorga EEUU en compensación por la lucha antidroga y advirtió de que «no acepta presiones ni amenazas de nadie». Es más, el ministro de Comunicación, Fernando Alvarado, ofreció a Washington «una ayuda económica de 23 millones de dólares anuales, monto similar al que recibíamos por las preferencias arancelarias con el fin de brindar capacitación en materia de derechos humanos, que contribuya a evitar atentados a la intimidad de las personas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y demás actos que denigren a la humanidad». Reiteró que «Ecuador no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles».
La activista británica Sarah Harrison se ha convertido en la mano derecha del fundador de WikiLeaks Julian Assange y en la sombra de Edward Snowden, con quien seguía en el aeropuerto de Moscú. Periodista de profesión, lleva trabajando para WikiLeaks desde finales de 2010 como investigadora, asesora y llevando las relaciones con los medios.
Trabajó durante 18 meses para el Centre for Investigative Journalism (CIJ), en la City de London, y luego para otra organización especializada en periodismo de investigación, el Bureau of Investigative Journalism, también en la capital británica, examinando los documentos publicados por WikiLeaks. «Era una investigadora muy buena, muy aplicada», recordó una de las responsables del Bureau, Rachel Oldroyd.
«Es alguien de plena confianza de Assange», comentó a AFP el periodista Vaughan Smith, que alojó a Assange en su mansión de la campiña inglesa durante su arresto domiciliario entre diciembre de 2010 y junio de 2012, cuando se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres. «Está muy comprometida en favor de una mayor transparencia gubernamental. Es muy trabajadora, aguanta muy bien la presión de un trabajo muy difícil», resaltó. GARA
El ministro ecuatoriano de Comunicación destacó que les «hubiera encantado» que con la misma urgencia que se exige entregar a Snowden en caso de entrar a suelo ecuatoriano, «se hubiese entregado a muchos prófugos de la Justicia ecuatoriana refugiados en EEUU».
