El delegado de las FARC-EP en la capital cubana Pablo Catatumbo se refirió en una entrevista con Prensa Latina al espinoso tema del desarme. Frente a la entrega de armas que les ha exigido el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, propuso aprender de experiencias como las de Sudáfrica o la del norte de Irlanda en la resolución del conflicto.

Recordó que el líder de la lucha contra el apartheid Nelson Mandela «no entregó ningún fusil», como tampoco lo hizo el grupo armado irlandés tras la firma de los Acuerdos de Viernes Santo con el Gobierno británico en 1998.

Catatumbo reiteró la disposición de la guerrilla a dejar la lucha armada en caso de lograr un acuerdo con el Ejecutivo colombiano, pero rechazó cualquier entrega de armas como tal. «Si lo que quieren es la satisfacción de humillarnos, no nos pidan eso, pero sí podemos buscar la manera de que esas armas dejen de ser empleadas para la guerra», subrayó Catatumbo.

«Cuando decimos dejar las armas tiene que ser de parte y parte. Es necesaria la desmilitarización del campo colombiano», añadió. «Estamos alzados en armas porque nos obligaron, no nos dejaron otra manera de buscar la lucha política, nos asesinaron. Se deben conseguir condiciones mínimas para seguir luchando sin tener que recurrir a la vía armada», afirmó.

Entrevista a Ingrid Betancourt

Por otra parte, en una entrevista concedida a AFP desde Londres, donde prepara un doctorado en Teología, Ingrid Betancourt aseguró que «en Colombia todos somos responsables de esta guerra atroz. Todos formamos parte de una generación que con el perdón debe asumir esta responsabilidad». Tras pasar seis años en manos de la guerrilla colombiana, fue rescatada en una operación del Ejército que causó una fuerte polémica internacional ya que el Gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe llegó a falsear los logotipos de la cadena de Telesur y del Comité Internacional de la Cruz Roja para engañar a las FARC.

La excandidata presidencial abogó por el «perdón» como elemento clave para la paz en Colombia. Ante la pregunta de si perdonaría a sus captores -uno de ellos está en prisión-, dijo que «la vida le ha dado la posibilidad de comprender lo que nos ha hecho sufrir, porque ahora el está prisionero, como lo fuimos nosotros. Si lo tuviera delante mío, simplemente lo abrazaría». «No podemos continuar con una justicia de venganza, la paz nos exigirá aceptar cierto grado de impunidad, es inevitable», aseguró.