En la rueda de prensa, tras la impresionante exhibición de su equipo en la subida a Ax-3 Domaines, que fue comparada con las del US Postal de Lance Armstrong, un periodista preguntaba al corredor británico si podía asegurar que había logrado este resultado «limpio». Chris Froome respondía de forma contundente: «Sí, al cien por cien. La historia, reciente de nuestro deporte ha conducido a la situación actual. Comprendo que se me haga esta pregunta, pero nuestro deporte ha cambiado de verdad -añadía-. Si no hubiera cambiado, yo jamás habría conseguido este resultado».

El británico nacido en Kenia -en una semana, dos africanos han vestido por primera vez en la historia el maillot amarillo- seguía afirmando que «el ciclismo nunca ha estado tan limpio y asumo como una misión personal demostrarlo. Si usted tiene en cuenta nuestra preparación, todo el trabajo efectuado en las concentraciones en altura, si viera cómo funciona nuestro equipo... podría comprender nuestros resultados. No se trata de exclamar 'wouah, son unos resultados increíbles...'».

De lo que se mostraba más sorprendido Froome era de las diferencias que se habían dado en la meta, «no solo sobre Contador, también sobre otros corredores. Richie Porte y yo hemos llegado al Tour en un gran momento de forma, hemos entrenado durante meses para lograrlo, y es una gran satisfacción ver que estamos delante».

Al preguntarle sobre su arrancada final, el corredor del Sky explicaba que «cuando me he visto solo a 4 o 5 kilómetros de la meta, me he puesto en modo contrarreloj. Cada segundo era importante, había que aumentar la diferencia. Me encuentro muy confiado en este Tour, con un gran equipo a mi alrededor, como ha demostrado Porte».

Respecto a si estaba planificado, Froome explicaba que suele haber un plan previo para este tipo de etapas, «pero en carrera suceden cosas diferentes. Yo me he decidido a atacar porque he visto que otros corredores de la general pasaban dificultades. Era un buen momento, lo he dado todo y no me he guardado nada. Estamos en el Tour y hay que entregarse a fondo».

El colombiano Nairo Quintana destacó ayer en las rampas de los Pirineos en su primera participación en el Tour. «Soñaba con un día así. Pensaba en la victoria, pero al final se me han terminado las fuerzas y el Sky estaba muy fuerte». Quintana insiste en que está al servicio de Valverde, pero avisa que en los próximos días utilizará su fuerza para romper la carrera. «Estaremos pensando en una forma de ataque para mañana. Hoy he tratado de romper la carrera, de que llegara poca gente y obligar a trabajar al Sky. Buscaremos otras formas de hacerlo en el futuro», dijo. «Las sensaciones son muy buenas, llegué aquí sin ritmo, pero lo he cogido en las primeras etapas y hoy me he dado cuenta de que estoy bien».

Alejandro Valverde se mostró «muy satisfecho» por su tercer puesto en la primera etapa de montaña, que le sitúa también 3º de la general, y dijo que «pese a la fortaleza de Froome, no hay nada perdido». Su director, Eusebio Unzue, explicaba que «esta etapa servía para ver si los Sky estaban tan potentes como en la pasada Dauphiné, o si había cambiado algo. Se ha visto que tienen dos corredores que están por encima de los demás con una diferencia importante».

Alberto Contador confesó que no fue bien en el último ascenso, «se ha rodado muy rápido y no me he encontrado bien. Quiero agradecer el trabajo de mis compañeros, sobre todo Kreuziger. Ahora tengo que comer bien y tratar de recuperar y a ver que pasa en los próximos días». Tampoco ocultaba su decepción Purito Rodríguez: «Es una subida que conocía bien, esperaba estar luchando por la victoria, pero no ha podido ser». Respecto al Sky, se mostró contundente: «Están fuertísimos. Si hoy no ha sido uno de sus mejores días, apaga y vámonos».

Cadel Evans, otro favorito, parecía resignado tras acumular un retraso de 4.13 en la etapa (23º de la general a 4.36 de Froome). «Ha sido mi peor día en el Tour sin contar los de las lesiones. Nunca pude seguir el ritmo. No es normal para un aspirante a la clasificación general que te dejen tirado en una subida de siete kilómetros, pero yo no podía mantener la cadencia de pedalada, ni siquiera podía llegar a mi potencia máxima. Desde luego, no me esperaba encontrarme tan lejos a estas alturas».