Vecinos de Barakaldo vertieron ayer colorante en algunas fuentes y embalses del municipio, así como en las aguas del pantano Oiola y del río Castaños para llamar la atención a las autoridades sobre la contaminación del citado pantano de Trapagaran.

De esta manera, los vecinos quisieron hacer visible la preocupación por la presencia de lindano en Oiola, un hidrocarburo plaguicida prohibido en todas sus formulaciones por ser perjudicial para el medio ambiente y para el ser humano. Los promotores de esta acción señalaron que el lindano «está poniendo en peligro nuestros grifos».

«Al contrario que el colorante vertido, que se ve y es inocuo, el lindano no se ve. Se trata de una sustancia peligrosa persistente y bioacumulativa. Es cancerígeno», denunciaron los protagonistas de esta original protesta, que alcanzó diversas zonas del municipio de Ezkerraldea, desde la zona de Oiola más cercana a Trapagaran hasta las fuentes más próximas a las zonas de ocio del Max Center y Megapark.

De la misma manera, los promotores de esta acción simbólica quisieron llamar la atención del Ayuntamiento y de las autoridades competentes, instando a estas «a que se den cuenta de que la contaminación está ahí y no se nos puede exponer a ella». Plantearon, asimismo, la puesta en marcha de alternativas reales que acaben con esta situación de riesgo para los habitantes de Barakaldo.

«No se puede jugar con la salud de la población, porque esta contaminación no se vea, porque los efectos no sean inmediatos a corto plazo. No jueguen con la salud de la población, mucho menos con la de los niños», apuntaron.

Las reacciones a esta acción no se hicieron esperar. El alcalde en funciones, Jesús María González Suances, consideró la acción simbólica un «sabotaje» y condenó «enérgicamente» este «inaceptable ataque contra la sociedad» de la localidad de Ezkerraldea.

En ese intento de criminalización, el Consistorio llegó a asegurar que esta acción simbólica se trata de «un intento infructuoso por inquietar a los vecinos», añadiendo que remitieron ayer mismo el expediente al Juzgado de Guardia para que abran las diligencias oportunas.

De la misma forma, los responsables municipales quisieron unir estos actos con la izquierda abertzale, asegurando que se producen «en plena campaña de calumnias por parte de la izquierda radical abertzale en relación a la calidad del agua».