James DeMonaco ha sabido sacar partido a ideas ajenas o prestadas en su labor previa de guionista, tanto en el cine con el remake de «Asalto a la comisaría del distrito 13», como en la televisión con la serie basada en la película de Paul Haggis «Crash». Ese mismo esquema de historias cruzadas lo empleó para su ópera prima «Staten Island» del 2009. En su segundo largometraje parte de una premisa argumental en apariencia más original, pero el desarrollo de la misma toma elementos varios de «Funny Games» de Michael Haneke y de «Battle Royale» de Kinji Fukasaku. Y de forma más genérica remite al slasher, basando gran parte del impacto visual en las máscaras que llevan los asesinos, con rostros de mujeres sonrientes. El día de la purga anual es un concepto de literatura anticipativa que es incorporado a un típico thriller terrorífico, con lo que se pierden las posibilidades alegóricas de la historia.

El guión se queda corto, al trasladar la acción a un futuro demasiado próximo, apenas dentro de nueve años. Es poco tiempo para que las cosas hayan cambiando tanto, ya que la violencia y el paro han desaparecido por completo. Ello se debe a la instauración de ese día de total libertinaje, en el que los marginados son eliminados por lo más pudientes. Ethan Hawke es un vendedor de sistemas de seguridad que se beneficia de la situación, hasta que su hijo menor da cobijo a un fugitivo, lo que hace que su casa se convierta en el objetivo de los asaltantes nocturnos.