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El técnico rojiblanco ensalza los «desmarques increíbles» del futbolista de Guardia

De Marcos es la pieza del puzzle

Ernesto Valverde revela tras el partido de Bermeo que sus esquemas de 4-2-3-1 o 4-3-3 lo serán en función del perfil del jugador que actúe como mediapunta, ya sea el alavés o lo haga Ander Herrera, sea para estirar más al equipo o para favorecer el dominar del juego.

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Joseba VIVANCO

Ernesto Valverde es como un libro abierto. Dos ruedas de prensa -la segunda este sábado- y para nada le importa constatar ante los periodistas sus dudas, planteamientos, intenciones. Probablemente el de Bermeo no era el mejor envite para sacar conclusiones con poso, pero sí para entrever dónde pondrá el ojo el técnico gastaiztarra para que el próximo partido ya en tierras austríacas y ante un primera alemán, «ver cosas relevantes de verdad», como él mismo adelantó.

El primer guiño de Txingurri vino con los 22 jugadores que saltaron al césped de Itxasgane. Dejó, lógicamente, fuera a un Isma López cuya cesión debería concretarse esta semana, a un Iñigo Pérez que evoluciona favorablemente y, sorpresa, a Aurtenetxe, aunque quién sabe si porque lo que quería era ver a Balenziaga y Saborit en esa posición del carril zurdo. Lo lógico sería que el joven catalán quedara fuera de esa competencia por el lateral izquierdo.

A partir de ahí, quiso observar a los centrales puros en acción y por eso adelantó a San José a la medular, dos zonas donde sobra gente y la competencia se antoja será muy enriquecedora para mantener a tope a cada jugador. A Valverde le gustó el joven Eric Morán, sobre todo «cómo se coloca», al que quería ver esa posición de pivote. Haciendo de pitonisos, no sería extraño que el canterano se quedara en la primera plantilla y peleara con Iturraspe por acompañar al fijo Beñat en esa posición. Dos puestos en los que podríamos ubicar también a Iñigo Pérez y más incógnitas suscita San José, que corre el peligro de quedar en tierra de nadie entre la defensa y ese doble pivote.

Parece evidente que Beñat está llamado a gobernar la sala de máquinas rojiblanca, jugando retrasado pero con proyección ofensiva mientras su acompañante guarda sus espaldas. Por delante de ellos, Valverde tendrá mucha calidad, la fortuna de poder elegir pero al mismo tiempo de sacrificar a algún jugador de los considerados hasta ahora titulares. Vayamos por partes.

Txingurri reiteró en Bermeo que su apuesta es la de jugar «con tres por dentro», dos pivotes y un hombre más adelantado, un mediapunta. Pero no será el sistema el que marque el juego del equipo, sino el perfil, sobre todo, de ese futbolista que se sitúe más adelantado. «Si lo hace De Marcos es un jugador que te está estirando continuamente al equipo, que está continuamente desmarcándose; es lo que hacía el año pasado, y hay veces que se confunde esa posición con la de un segundo delantero. Es una posibilidad que valoramos y yo tengo en cuenta. Él puede jugar ahí», argumentó el de Viandar de la Vera. La otra opción es hacerlo con Ander Herrera como enganche. Aquí, «se trata de un jugador que te va a ayudar más a la salida del juego y en teoría a dominar el juego».

Es decir, que nadie descarte que, dependiendo de las intenciones de Valverde para con el equipo rival, pueda jugar uno u otro; si busca un equipo más ofensivo y directo o uno que mantenga más el control de la pelota y no la arriesgue tanto. Así las cosas, ahondó el entrenador, el 4-2-3-1 o el 4-3-3 lo marcará ese perfil del jugador que salte al campo, con permiso de Ruiz de Galarreta, tercero en discordia ahí. Y ello sin obviar que el dibujo pueda ser un 4-4-2 «posiblemente alguna vez, porque tenemos algún jugador que puede hacerlo bien de segunda punta como es Toquero».

El polivalente De Marcos

Son las dudas y las intenciones de Valverde. «Por ahí van los tiros», orientó. Porque con Ibai y Muniain fajándose por un puesto en el extremo zurdo, Susaeta más o menos fijo en el derecho, Aduriz en punta con Sola de recambio, desde luego que la pieza más enigmática ahora mismo para completar el puzzle es la del polivalente De Marcos.

«Lo normal es que juegue en la posición de mediapunta, le hace falta campo y esa polivalencia hace que le cambiemos de posición -en Bermeo jugó en banda derecha porque Valverde quería ver a Ruiz de Galarreta de mediapunta, y lo hizo bien-, pero todavía quiero probar más con él». E insistió con el alavés: «Tenemos que esperar un poco, sí es un jugador que nos da posibilidades de desmarques increíbles, que nosotros tenemos que aprovechar». De Marcos fue el más destacado en los primeros cuarenta y cinco minutos, y encima anotó dos buenos goles.

Lo de Bermeo dio pistas, lo del próximo sábado en Austria iluminará más la composición fotográfica que Ernesto Valverde se está haciendo en su cabeza. Un puzzle donde Óscar de Marcos puede ser la pieza clave.

Regresa un Muniain con ganas de «ser el que fui»

Semana clave para posibles descartes en la plantilla, antes de viajar el viernes a la concentración en Austria. Sobran jugadores, demasiados en algunos puestos -tres laterales zurdos, cuatro y hasta cinco centrales, siete para esos «tres jugadores por dentro» que quiere Valverde-, y hoy se les une un Iker Muniain, protagonista ausente estos días y seguramente muy a su pesar. Tanto que no sería extraño pensar que el acortar tres días sus vacaciones no tenga que ver con esas críticas sobre sus fotos en Twitter disfrutando del verano ibicenco.

«Tengo que volver a ser el jugador que fui», ha dicho el navarro este fin de semana en un acto publicitario, «y recuperar las sensaciones, que es lo más importante». El de la Txantrea va a ser observado con lupa esta temporada y él lo sabe. La afición no le va a perdonar otra campaña de perfil bajo como la pasada. Pero ni a él ni a otros jugadores que no dieron su mejor versión el último curso.

Seguro que al navarro este año precedente le habrá servido para madurar, o eso habrá que suponer, después de recibir más de un palo y que más de uno desde la atalaya de la prensa le diera hasta por amortizado en el Athletic a sus escasos 21 años.

Seguro que Valverde, Gurpegi y sus compañeros le ayudarán a crecer como jugador -otro tanto debiera procurar como persona e imagen pública- pero en él recaerá el principal compromiso para revertir ese deterioro de su imagen y su proyección futbolística.

Ayer, el diario ``El País'' entrevistaba al baloncestista Ricky Rubio, y en el titular decía: «Ya no soy el niño, tengo que dar un paso adelante». Y lo que vale para él, vale para Muniain. J.V.

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