Es evidente que el humo del tabaco ha desaparecido de muchos lugares públicos en nuestro país según se han ido promulgando directrices europeas y leyes estatales. Bares y restaurantes de Euskal Herria ya son espacios vedados -aunque no se respete a rajatabla en ciertos tramos horarios y los fumadores puedan disfrutar de los cigarrillos junto a las puertas de estos establecimientos-; antes pasó lo mismo en el interior de institutos y centros universitarios; en las instalaciones cerradas que albergan pruebas deportivas cada vez hay menos humo...

Lo que hasta ahora no se había planteado oficialmente es que las playas y los parques públicos también sean espacios sin humo. En el Estado francés, este debate lo ha encendido la ministra de Sanidad apelando a una «movilización general contra el tabaco».

En principio, no será el Gobierno el que decrete la prohibición. En declaraciones a «Le Journal du Dimanche», Marisol Touraine ha comentado que espera que sean los municipios quienes «se vayan sumando» a esa iniciativa creando espacios en los que estén prohibidos los cigarrillos, como «los parques, los campus universitarios, las playas, las zonas delante de los colegios...».

«¿Es normal que madres, padres o cuidadores fumen en un parque público donde juegan los niños? Yo creo que no», opinó durante la misma entrevista.

Un lobby que se hace notar

La polémica se avivó en los medios después de que el citado rotativo dominical informase, a principios de junio, que un grupo de parlamentarios había sido invitado a una cena por una multinacional del tabaco que quería trasladarles la necesidad de que en el Estado francés se establezca «una regulación equilibrada y coherente».

Este hecho fue criticado por la ministra en una entrevista con BFM. «Este tipo de prácticas debe pertenecer al pasado, aunque lo que importa es cómo votaron los diputados», comentó. Y también reprochó públicamente que altos responsables de aduanas hubieran sido invitados a un almuerzo en Roland Garros por el lobby del tabaco, lo que calificó de «francamente fuera de lugar» y «éticamente inaceptable».

Mientras tanto, tanto el Gobierno francés como el español han aplicado nuevos incrementos a los precios de los cigarrillos en las últimas semanas. Al respecto, Touraine indicó que la medida es positiva, aunque «la política antitabaco no puede reducirse a la política fiscal».