El papa se toma un descanso y se ausenta de las JMJ tras una agitada llegada a Brasil
GARA | RÍO DE JANEIRO
El papa Francisco se tomó el día de ayer de descanso tras su agitada llegada la víspera a Río de Janeiro, mientras se esperaba que cientos de miles de jóvenes se acercaran a la playa de Copacabana para la apertura anoche de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), en la que iba a estar ausente el sumo pontífice.
El papa fue recibido el lunes por una entusiasta multitud que lo vitoreó, pero su llegada estuvo también marcada por los violentos incidentes en las inmediaciones del Palacio de Guanabara, donde tuvo lugar el recibimiento oficial, que a punto estuvieron de hacer cambiar el programa oficial y que hacen temer una reactivación del movimiento social contra la corrupción y por la mejora de los servicios públicos aprovechando la visita papal.
Unos 30.000 policías y soldados han sido movilizados para garantizar la seguridad del papa y de las JMJ, que han costado 40 millones de euros a los contribuyentes brasileños. Estrategia de seguridad que será revisada después de que el Ejército admitiera que el bloqueo durante doce minutos del vehículo en el que viajaba el papa por la multitud podría haber favorecido un ataque.