Si metemos en una coctelera un tema tan zafio como es la polémica -es un decir- en torno a Gibraltar, la falta de noticias propia del octavo mes del año, y la escasa lucidez media de los columnistas del infraebro, nos sale la columna que ayer firmó Ferrer Molina en «El Mundo». Se titula «Ese Peñón, en Lekeitio», así que se pueden hacer una idea de por dónde va. Según Molina, «si el Peñón estuviera en Lekeitio en lugar de en Cadiz, a los llanitos no les llegaba hoy la camisa al cuerpo». ¿Por qué?, se preguntarán, pues porque «ningún vecino trabajaría en Gibraltar. Si por asomo alguien hubiera tenido esa ocurrencia, inmediatamente habrían acudido los piquetes informativos a la puerta de su casa para hacerle entrar en razón. Ahora bien, para compensar a quienes pudiendo ganar allí unas libras no encontraran trabajo, el Gobierno habilitaría un fondo patriótico con el que sufragar sus necesidades básicas. Todos los coches del país llevarían pegatinas con el macaco como emblena: `Gibraltar lekeitiarra'. En el Tour... ¡joder en el Tour! No habría curvas suficientes para tantas banderas y pancartas». «Gibraltar lekeitiarra» dice, cree el ladrón...

Al columnista del diario de Pedro J. se le nota cierta envidia por la capacidad de movilización que tienen las lekeitiarras y el resto de las vascas (y vascos, claro), si no no se entiende que siga con el dislate. Lean, lean: «cada seis de agosto, en recuerdo del desalojo de la población autóctona por las fuerzas de ocupación, se conmemoraría la gallardía de aquellos gibraltareños que prefirieron abandonar sus casas antes que jurar fidelidad al invasor. Los viejos pendones que retiraron de la fortaleza y las imágenes religiosas que salvaron de las garras del enemigo presidirían una jornada de bailes floclóricos con trajes de época frente a la verja». Definitivamente, el tinto de verano hace estragos... Por cierto, si Molina busca viejos pendones no tiene que ir ni a Gibraltar ni a Lekeitio, en Madrid mismo hay unos cuantos.

El plumilla quería aprovechar el viaje para zumbar a PSOE e IU, que no han secundado el fervor patriótico del PP, y señala que esos partidos «apoyarían fervientemente todas estas iniciativas porque el único `naconalismo de pandereta' es el español». Pues sí, es nacionalismo de tricornio, botijo y pandereta. Y más pesado que una vaca en brazos. Gibraltar no es un peñón, es un peñazo.