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Iñigo Urkullu avisa sobre los nuevos límites en el estado de bienestar

El lehendakari, Iñigo Urkullu, avisó ayer de que la sociedad del bienestar del siglo XXI no será como la del siglo XX, porque «las capacidades del Estado y del campo público están cambiando». Según su diagnóstico, «al estado del siglo XXI se le ha reducido el monopolio de la actividad pública» y «no será el garante de todos los servicios que demanda el ciudadano». Urkullu intervino en un acto sobre la UE pero dibuja también su idea sobre el papel de la administración.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

El lehendakari advirtió ayer sobre los nuevos límites de la sociedad del bienestar y pronosticó que el estado no podrá ser en el futuro el garante de todos los servicios que le demanda la ciudadanía.

Iñigo Urkullu presidió ayer el acto inaugural del Congreso Internacional «Europa después de la crisis del euro: Legitimidad, democracia y justicia», organizado por Globernance, el Instituto de Gobernanza Democrática. El acto tuvo lugar en el Paraninfo de la UPV-EHU en Bilbo y en el mismo participaron también el portavoz de la Diputación de Bizkaia, Unai Rementeria; el consejero delegado de la Alcaldía de Bilbao, Andoni Aldekoa; el rector de la UPV-EHU, Iñaki Goirizelaia; el presidente de Kutxabank, Mario Fernández; y el director de Globernance, Daniel Innerarity.

En este contexto, el lehendakari defendió la necesidad de la unión bancaria y de la convergencia en materia fiscal y económica en el seno de la UE.

A continuación, destacó que el «objetivo final será el preservar la sociedad del bienestar, santo y seña del proyecto europeo». Adaptando el eslogan de su gobierno, puso a «las personas» también en «el centro del proyecto europeo».

Matizaciones en euskara

Esta rotunda defensa de la preservación de la sociedad de bienestar realizada en castellano en su discurso, tuvo sus matizaciones después en euskara. Cuando el lehendakari aclaró que «no debemos engañarnos», puesto que «la sociedad del bienestar del siglo XXI no será como la del siglo XX». «¿Por qué?», se preguntó de forma retórica, para responderse a sí mismo que «las capacidades del Estado y del campo público están cambiando».

Según el diagnóstico del lehendakari, «al estado del siglo XXI se le ha reducido el monopolio de la actividad pública» y, en adelante, «no será el garante de todos los servicios que demanda el ciudadano».

Las explicaciones de Iñigo Urkullu sobre la materia no fueron más allá, puesto que pronto cambio de tercio para afrontar otras caras de la organización de la Unión Europea.

En cualquier caso, su reflexión sobre los límites del estado de bienestar en las próximas décadas no puede disociarse de la realidad de que él mismo dirige una administración que cuenta con un importante presupuesto y que tiene entre sus competencias las de dar respuesta a muchas de esas peticiones de la ciudadanía que, según su propio diagnóstico, no podrán ser garantizadas en su totalidad por el sector público, a diferencia de lo ocurrido en el siglo XX.

Lakua habla de nuevas formas de interrelación en Europa y no tiene de referente a Catalunya

El Gobierno de Lakua no quiere afrontar de cara el debate sobre la independencia, tan candente en otros lugares de Europa como Escocia o Catalunya. Lo demostraron ayer tanto el lehendakari como el portavoz del Ejecutivo autonómico.

Iñigo Urkullu, en la apertura de congreso que inauguró en Bilbo, señaló que «Europa es el horizonte de los vascos y vascas en el siglo XXI. La Europa en construcción que debe ensayar las nuevas formas de articular las relaciones entre los estados, las naciones y las sociedades que la conforman. Un espacio inédito para la redefinición de lo propio y lo común, de la unidad y la diversidad, un escenario de interdependencia».

Según afirmó en su discurso, «el reto del autogobierno hoy está en la capacidad de participar en procesos complejos de actuación y decisión. Debemos ubicar el foco del poder político en los términos de la interdependencia y la participación democrática». Subrayó que «el gran desafío, la gran oportunidad de la nación vasca, consiste en encontrar nuevas formas de organización política capaces de superar las estructuras rígidas en que se han asentado las realidades estatales».

Iñigo Urkullu dijo creer en la Europa que imaginaba el lehendakari Agirre en 1949 cuando afirmaba: «La filosofía política que se orienta al futuro quiere consagrar la libertad nacional de los pueblos haciéndola compatible con la participación en espacios socio-políticos más amplios. La garantía de los pueblos, especialmente de los más pequeños, reside en las amplias estructuras supraestatales».

Por su parte, el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, afirmó en Radio Euskadi que su Ejecutivo no ve el proceso soberanista catalán como «referente» y subrayó que «cada nación» tiene «sus propias dificultades de conformar mayorías y desarrolla su propio camino hacia el horizonte liberador».

Erkoreka, según recogió «Europa Press», apuntó que el Gobierno sigue con interés lo que ocurre en Catalunya, pero, a veces, tiene la sensación de que «lo que sucede allí, en buena parte se trata de un camino que ya ha sido recorrido en Euskadi». Pronosticó que en la CAV aflorarán «iniciativas en esa búsqueda de mejor consolidación de la afirmación nacional de Euskadi». I.I.

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