Obama no es pionero en el uso de la retórica salvacionista para justificar una intervención militar. Uno de los motivos esgrimidos por George H.W. Bush para invadir Panamá fue la defensa de la democracia y los derechos humanos en ese país. La originalidad de Barack Obama es su habilidad para dar una pátina de legitimidad a intervenciones que, en otra época, serían calificadas de colonialistas o imperialistas. El verdadero fin nada tiene que ver con la excusa humanitaria de la paz y seguridad internacionales.

Obama defiende la denominada «Responsibility to protect» (R2P), que justifica las intervenciones neocoloniales apelando a la responsabilidad de la comunidad internacional para proteger a la población civil contra crímenes y violaciones de los derechos humanos. No es casual que esta doctrina surgiera formalmente en el año 2001, o que se aplique en Irak, Libia o Siria. Mientras tanto, larga vida a las monarquías feudales de Bahréin, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

En cuanto a las pruebas, ¿qué fiabilidad y credibilidad merecen? Mintieron con respecto al arsenal de armas químicas y biológicas `halladas' en Irak. Amnistía Internacional alertó sobre informes relativos a Libia `inflados'. Además, Human Rights Watch y la propia AI informaron sobre violaciones de derechos humanos perpetradas tanto por el régimen de Gadafi como por los rebeldes libios.

Tampoco podemos obviar la coartada de los derechos de las mujeres, como precisó Gayatri Ch. Spivak. La guerra que permite al hombre blanco salvar a la mujer con velo del hombre barbudo, no emancipa a esa mujer. Acaba ¯o continúa¯ sometiendo a ambos.