Peña Nieto urge al Congreso a avalar sus reformas, contestadas en la calle
En la presentación ayer de su primer informe de Gobierno en la residencia oficial de Los Pinos, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, advirtió de que está «decidido» a usar «todos los instrumentos del Estado democrático para impulsar la transformación que reclama la gran mayoría de los mexicanos». Urgió a los legisladores y a los ciudadanos a hacer suyas sus controvertidas reformas, entre ellas la educativa, ampliamente contestada en las calles.
GARA | MÉXICO DF
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, celebró ayer las reformas estructurales y leyes aprobadas desde que gobierna, pero urgió al Congreso y a la oposición a apoyar cuanto antes la energética, la fiscal y la financiera para dar paso a una «gran transformación» del país. «Estoy convencido de que este es el momento para lograrlo. Durante las siguientes semanas debemos poner lo mejor de nuestra parte para construir un amplio consenso político y social que las hagan realidad», dijo.
En un acto ante centenares de asistentes celebrado en la residencia presidencial de Los Pinos, Peña Nieto se dirigió a la nación un día después de cumplir con la obligación de presentar su primer informe de Gobierno al Congreso.
En esta ocasión fue el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio, el encargado de entregar el texto en nombre de Peña Nieto al presidente del Congreso, rodeado por miles de policías. Los diputados entraron custodiados por agentes federales ante las multitudinarias protestas de maestros y estudiantes, contrarios a las reformas propuestas por el Gobierno.
Los exteriores del Congreso fueron escenario de enfrentamientos entre manifestantes y la Policía. Varios encapuchados, que los propios manifestantes tildaron de «infiltrados», lanzaron piedras y cócteles molotov contra policías que les cercaban el paso. Estos respondieron lanzando gases y pegando con sus escudos. Maestros y estudiantes optaron por abandonar las inmediaciones del Congreso por el riesgo a posibles detenciones arbitrarias. Para mañana han convocado en la capital una masiva marcha como medida de «insurgencia».
Sin mencionar explícitamente estas manifestaciones, Osorio señaló que en México «nadie puede imponer su verdad a los demás ni los intereses de unos cuantos pueden anteponerse al bienestar de la mayoría». En el acto celebrado ayer en su residencia oficial de Los Pinos para presentar el contenido de su primer informe de Gobierno, Peña Nieto agradeció al Congreso por avalar en la madrugada del domingo la «trascendental» Ley del Servicio Profesional Docente y avanzar así en la reforma educativa, donde a su juicio está en juego «el futuro de México».
En el terreno económico, dijo que su Gobierno «es el más interesado en que los mexicanos conozcan a detalle las reformas, que las entiendan y sepan los beneficios que les traerán a su vida diaria». Pero obvió datos como el pobre crecimiento económico que se espera en 2013, de apenas un 1,8 % del Producto Interior Bruto (PIB),
Tras asistir al acto, el presidente del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, consideró que el mensaje de Peña Nieto «más que de resultados fue de agenda de pendientes que tiene el país».
El presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, se ausentó del acto celebrado en Los Pinos por oponerse a la propuesta oficial de reforma energética, que prevé la privatización de la petrolera estatal Pemex. El excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador ha convocado una gran marcha para el próximo domingo.
Desde que Enrique Peña Nieto asumiera el Gobierno, cerca de 1.000 personas han muerto cada mes por la violencia relacionada con el narcotráfico, según datos oficiales. Durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón fallecieron cerca de 60.000 personas.
Esta situación de violencia permanente, con poblaciones enteras ocupadas por sicarios, principalmente en Michoacán -considerado uno de los estados más peligrosos de México donde operan los cárteles de los Caballeros Templarios y La Familia-, la corrupción, la inoperancia de las autoridades estatales y federales y la connivencia, en algunos casos, del Ejército con los cárteles de la droga ha propiciado la creación de grupos civiles de autodefensa para expulsar de sus territorios a los diferentes cárteles.
Ayer, el presidente mexicano se refirió expresamente a estos consejos ciudadanos para advertirles que el Gobierno «no tolerará que nadie pretenda hacer justicia por sus propios medios». Defendió que su estrategia «ha puesto al ciudadano en el centro de los esfuerzos de las políticas públicas de seguridad y justicia», y da prioridad a «la reducción de la violencia». Líderes comunales denuncian que el despliegue del Ejército en las zonas más violentas no tiene por objeto combatir a los cárteles sino a los grupos de autodefensa. GARA
