RUGIDOS ROJIBLANCOS
La película de todos los años
Gontzal ASTORKI Blog «Aqui hay zarpazo»
Es una sensación similar a la que se sentía al poner TVE y ver ``Verano Azul''. Así, como de reposición, que conoces sintonía, inicio, desenlace y final. Y siempre es parecido, similar, sean los actores los mismos, distintos, el sistema uno u otro, la defensa zonal o al hombre. Un Athletic blandengue, acobardado, de circunstancias, que aguanta como puede, con la mejor cara posible, hasta que encaja el primer gol. Y a partir de ahí, la cuesta abajo merengue.
Tampoco el domingo se varió el guión, con retoques con respecto a los partidos anteriores, con la presencia del fichaje Rico como hecho más relevante para dar -bueno, intentarlo- consistencia al centro del campo. El timorato Athletic no fue, una vez más, rival para un Madrid que al tran-tran, sin grandes dosis de juego ni de ambición, sentenció cómodamente el partido.
No es para rasgarse las vestiduras, ni mucho menos; de hecho, acumular seis de nueve puntos no es mal bagaje. Pero siempre se espera más, bastante más, porque todos los años algún equipo da la campanada en el Bernabéu, pero casi nunca le toca al Athletic, que se ha transformado en un cómodo visitante para los madridistas.
Ahora, con el parón, mucho deberá mejorar el equipo. Porque en Chamartín, en horario de misa mayor, con calor, los rojiblancos aguantaron veinte minutos dignamente, hasta despertar la fiera, hasta que el arriesgadísimo planteamiento de tirar la defensa buscando el fuera de juego de la delantera madrileña lo arruinó Iraola. Tan poco gustó a Valverde la interpretación del centro del campo de su planteamiento que decidió retirar a los dos principales encargados de la labor de destrucción: los que para muchos son incompatibles, Rico e Iturraspe, fueron reemplazados por Morán y De Marcos. Poco varió a pesar de las buenas intenciones la segunda parte.
Se puede hablar del arbitraje, claro que sí, como siempre en el Bernabéu. No para responsabilizarle al trencilla de la derrota, sino para volver a mostrar el hastío que se siente, la impotencia con que te quedas tras finalizar el partido, por ver beneficiado a un equipo con un presupuesto desproporcionado, al que se consiente un endeudamiento incontrolado, que gasta en fichar un único futbolista más dinero que el presupuesto anual de cualquier equipo de Primera.
Y tras la derrota, la incógnita. ¿Herrera? Un parón liguero para llenar demasiado tiempo y espacio debatiendo sobre un jugador que generará debate haya decidido marcharse o quedarse, una opción esta última que se daría no por la voluntad del futbolista sino por no ser una apuesta suficientemente clara en Manchester. Sea como sea, volveremos a debatir sobre qué es lo que estamos haciendo mal, qué está pasando, si al Athletic los nuevos tiempos le están pillando con el pie cambiado. Porque que en tan poco tiempo tantos futbolistas con orígenes tan dispares, y tan solo unidos por el maldito Cola-Cao, decidan que este Club no colma sus expectativas, debe hacernos pensar, debatir con serenidad -complicado en el Athletic- y buscar soluciones para reinventarnos y resultar atractivos a las nuevas generaciones.
Tiremos de optimismo. Alguien cuyas opiniones valoro me rebatía el pasado viernes. Algo estaremos haciendo bien para que nuestros futbolistas se estén revalorizando tanto. Eso, que tenemos seis puntos sobre nueve posibles y que en dos semanas estrenamos un campazo.
Optimismo en domingo por la tarde, tiempo habrá para hablar sobre el asunto Herrera. Pase lo que pase.