Corea del Norte insiste en la estrategia de la disuasión nuclear
El eventual reinicio de la actividad de un reactor nuclear en Corea del Norte constituiría un nuevo revés para la llamada comunidad internacional que trata de persuadir a Pyongyang de que abandone sus planes nucleares a cambio del fin de su aislamiento y su reingreso en el concierto internacional. Rusia advirtió del gran riesgo que podría suponer, en caso de confirmarse, la reapertura de Yongbyon debido a su desastroso estado.
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Imágenes tomadas por satélite el 31 de agosto y publicadas recientemente por la Universidad Johns Hopkins de Washington y el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS) de EEUU muestran un vapor blanco que emana desde un edificio cercano a la sala de turbinas del reactor nuclear de Yongbyon, en Corea del Norte, lo que podría indicar el reinicio de su actividad, aunque este extremo no ha podido ser confirmado pero los aliados de EEUU interpretan como una estrategia de presión a la Casa Blanca para que se siente a negociar.
«La coloración blanca y el volumen son consistentes y el vapor emana porque el sistema de generación de electricidad está a punto de arrancar, lo que indica que el reactor está en funcionamiento o a punto» de estarlo, explicaron expertos de la Universidad Johns Hopkins.
El instituto recordó que desde que Pyongyang anunciara a principios de abril de 2013 su intención de volver a poner en marcha el reactor, los trabajos han progresado rápidamente.
Una fuente rusa citada por agencias confirmó las obras en el reactor nuclear de Yongbyon, pero señaló que se encuentra en un «estado desastroso» y podría provocar «una catástrofe» en la península coreana.
Agregó que Rusia no tiene datos que prueben su reactivación aunque «es evidente que hay obras allí desde hace tiempo y algunos signos que apuntan a reactivar el reactor». Sin embargo, añadió que la nube de vapor detectada «podría corresponder simplemente a una verificación del generador».
«El reactor construido en los años 50 está en un estado espantoso (...) Eso podría tener consecuencias terribles para la península coreana, provocar una catástrofe», mantuvo la fuente rusa.
Los expertos estadounidenses Nick Hansen y Jeffrey Lewis explicaron que el reactor «es capaz de producir seis kilos de plutonio por año, que pueden ser usados por Pyongyang para incrementar lentamente el volumen de sus reservas de armas nucleares».
Corea del Norte dijo en abril que volvería a poner en funcionamiento todas sus instalaciones de Yongbyon para «fortalecer tanto en calidad como en cantidad su fuerza nuclear».
Las instalaciones habían dejado de funcionar en 2007 tras un acuerdo internacional apoyado por EEUU, y su reactor de 5 megavatios fue destruido.
Estas revelaciones tienen lugar en un período de relativa calma en las conflictivas relaciones de la comunidad internacional con Pyongyang, que en febrero efectuó un tercer ensayo nuclear y amenazó con atacar EEUU.
La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) no pudo ayer explicar lo que ocurre en Corea del Norte. Sus inspectores «no han sido autorizados desde abril de 2009 a realizar comprobaciones sobre las instalaciones nucleares en Corea del Norte», indicó Gill Tudor, su portavoz.
Un «error»
El emisario de EEUU para Corea del Norte, Glyn Davies, manifestó que «si se confirman estas informaciones y si Corea del Norte reinició su reactor de producción de plutonio (...) sería un problema muy grave» y «un error por parte de Corea del Norte».
Pyongyang dispondría de un stock de plutonio suficiente para producir seis bombas después de haber usado una parte de sus reservas en las pruebas.
El mes pasado, el ISIS informó de que Corea del Norte había duplicado su capacidad de enriquecimiento de uranio en Yongbyon.
Cuando el Gobierno norcoreano reveló la existencia de ese sitio en 2010, durante la visita de un científico estadounidense, había unas 2.000 centrifugadoras para enriquecer uranio destinado a una central nuclear. Sin embargo, para EEUU, Corea del Sur y sus aliados, quiere utilizar ese uranio para fabricar armas.
En las últimas semanas, Corea del Norte había indicado que deseaba que se reinicien las negociaciones sobre su programa nuclear, que incluyen a Corea del Sur, EEUU, Rusia, China y Japón. Washington y Seúl insisten en que antes de cualquier nueva negociación Corea del Norte muestre su disposición al diálogo.
Pero, con la reanudación de obras en el reactor, el hermético régimen comunista de Corea de Norte vuelve a utilizar una táctica que le ha dado resultado: tensar la cuerda hasta que sus adversarios hagan concesiones.
«Los norcoreanos dicen que están dispuestos a retomar las negociaciones, pero no sabemos sobre qué. La situación por el mo- mento es complicada», dijo la fuente diplomática rusa.
El Kremlin instó ayer a reanudar «en breve y sin dilaciones» las negociaciones con Irán en torno a su programa nuclear y abogó por su avance «sin pausas artificiales e innecesarias», en víspera de la reunión que hoy mantendrán los presidentes ruso, Vladimir Putin, e iraní, Hassan Rohani. Mientras, el británico Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) aseguró que Occidente debería decidir si acepta que Irán mantenga su programa atómico u optan por una ofensiva militar para desmantelar sus instalaciones nucleares.
Yuri Ushakov, asesor del Kremlin, subrayó que Moscú siempre ha abogado por utilizar medios «exclusivamente diplomáticos» al considerar «inaceptable» el recurso a la vía militar. Confió en que las grandes potencias reaccionen «adecuadamente» a los «pasos positivos» que Rusia espera de Teherán, y subrayó que sus actividades en el ámbito nuclear con fines pacíficos deben estar bajo el control de la AIEA.
Respecto a esta cuestión, el informe del IISS señala que el tiempo para llegar a una solución diplomática podría estar agotándose y «2014 bien podría ser el año del juicio final si Irán continúa almacenando uranio enriquecido». A su juicio, Teherán tiene ya suficiente uranio enriquecido con el que fabricar seis bombas.
Aunque también contempla la posibilidad de que las sanciones puedan llevar a una «desaceleración» en su programa nuclear que relaje la presión internacional y de que Rohani pueda adoptar una postura negociadora. «Pero es igualmente posible que la opción binaria entre una ofensiva militar y la aceptación de un Irán nuclear tenga que ser enfrentada», concluye. GARA