Los analistas coinciden en interpretar la remodelación del Gobierno como una maniobra del enfermo y anciano presidente, Abdelaziz Buteflika, de cerrar filas y reforzar su propio entorno de cara a las presidenciales de 2014, a las que no parece que pudiera presentarse.

«Es el reforzamiento del clan presidencial para preparar las elecciones», señala el politólogo Rachid Tlemçani. Otro experto, Rachid Grim, insiste en que «es un gobierno de batalla para preparar los comicios».

Es el caso de Tayeb Belaïz, cercano a Buteflika que deberá preparar las elecciones como nuevo ministro de Interior. O del general Ahmed Gaid Salah, uno de los pocos que fue recibido por Buteflika durante su hospitalización en París y que será la mano derecha del presidente en Defensa.

Por contra, los seis ministros del FLN (partido en el poder) que votaron en contra de la elección a finales de agosto de Amar Saïdani como nuevo secretario general han sido desbancados. «El FLN ha sido puesto bajo control directo de la presidencia», señala Grim.

Lo mismo ha ocurrido con el servicio de inteligencia del Ejército (ahora en manos de Gaid Salah) y con la disolución de la policía judicial del DRS.