La Administración federal de EEUU sigue parcialmente cerrada y las negociaciones para elevar el techo de deuda no dan frutos. Estos dos terribles nubarrones, ampliados el jueves por Obama al proclamar su desesperación por la postura republicana, no han podido con las ganas de los inversores. La tibia reacción al alza de Wall Street, que cerraba en la víspera con números rojos, ayudaba también a sostener los avances de este lado del Atlántico. Además, el Departamento de Trabajo no dio a conocer el dato de paro por los problemas derivados del cierre de servicios. En agosto el desempleo había caído una décima, hasta el 7,3%, y la expectación era importante por su directa influencia en la política monetaria. Así, el Ibex, tras su quinta semana consecutiva al alza, empezará el lunes desde los 9.420,90 puntos al apuntarse un 1,35%. En los últimos cinco días sube un 2,09%, mientras que aumenta su revalorización anual hasta el 15,35%. Como casi siempre en estas últimas semanas se veía a los índices europeos más precavidos. Londres apenas arañó un 0,08%; Fráncfort ganó un 0,29%, y París, un 0,88%. En el Ibex volvía a sacar pecho el conjunto del sector financiero. Caixabank subía un 4,65%, Popular, un 3,78%, Santander, un 3,13%, Bankinter, un 2,97%, BBVA, un 1,91%, y Sabadell, un 0,85%. También se destacó Telefónica al sumar un 2,03%. En cabeza de los perdedores estuvieron Amadeus (-1,04%) y OHL (-0,69%). En París, los más fuertes eran Saint Gobain (+3,76%) y Renault (+2,79%), al tiempo que Cap Gemini (-1,05%) encabezaba las pérdidas. El Cac gana un 14,37% en el año.