La apasionante aventura que comienza mañana para Bera Bera representa algo completamente nuevo en la historia del club donostiarra. Su título de Liga de la pasada temporada, el primero de su palmarés, le abría de par en par las puertas de la competición de clubes más exclusiva del mundo. Como en otros deportes, durante décadas los campeones de Liga se clasificaban para la Copa de Europa y se jugaba por un sistema de eliminatorias directas a doble partido. Hasta que se fundó la Federación Europea de Balonmano (EHF), que desde la primera edición que organizó (1993-94) se lanzó a ensayar otros formatos, empezando por formar dos grupos de cuatro en cuartos de final para jugar una liguilla, y los primeros se jugaban el título.

Con los años el sistema fue ensayando diversas variantes y evolucionando, fijándose también en otras experiencias (fútbol, baloncesto, y el balonmano masculino), y desde la temporada 2007-08 se ha asentado el sistema actual: una docena de clubes -en función de un ranking que premia a las Ligas con mejores resultados de sus representantes en las competiciones europeas- se clasifican directamente para la fase de grupos, completada por tres o cuatro que proceden de una fase de clasificación previa, en la que participan campeones de Ligas menores, subcampeones de las más fuertes, e incluso algún «invitado» por su peso específico.

Los 16 equipos se dividen en cuatro grupos de cuatro que juegan una liguilla a doble vuelta, los dos primeros de cada grupo siguen adelante para formar dos nuevos grupos y disputar otra liguilla, y los dos mejores de cada uno se enfrentan en semifinales. La EHF ya ha aprobado dar el siguiente paso, concentrar las semifinales y la final en un fin de semana (Final Four) en una ciudad, como en el caso del torneo masculino. El plan es ponerlo en marcha para la próxima temporada, pero no se descarta que se pueda adelantar a esta, si se cumplen los requisitos necesarios. De momento, dos ciudades ya han mostrado su interés, Budapest y Ljubljana.

Clubes con grandes inversiones

El nuevo sistema ha favorecido que varios clubes europeos se hayan embarcado en aventuras económicas importantes para competir por el título continental -con desigual suerte, Itxako y Oltchim, por ejemplo, han desaparecido en el intento-, componiendo plantillas impresionantes. Un porcentaje altísimo de las jugadoras de primer nivel de todo el mundo forman parte de los 16 equipos que empezarán a competir a partir de hoy.

Y Bera Bera es el más modesto de todos ellos, tanto por presupuesto como por plantilla. El principal objetivo del equipo será aprender, y disfrutar de la experiencia compitiendo al máximo de sus posibilidades. La clasificación a la Main Round está fuera de su alcance (Larvik y Vardar son los candidatos más solventes de su grupo), pero puede pelear por ser tercero para poder seguir en la Recopa, el mismo objetivo que se ha marcado el Podravka croata.

Experiencia en otros torneos

En las 17 ocasiones en que Bera Bera ha participado en competición europea (desde su debut en la campaña 1993-94) ha jugado un total de 78 partidos. Muchos han sido ante rivales de escaso nivel, ínfimo a veces, pero también se ha enfrentado a grandes equipos y ha logrado buenos resultados, sobre todo en casa, donde ha ganado 39 partidos, empatado 4 y perdido 7.

Por Donostia han pasado, por ejemplo, el Larvik y el Podravka -dos veces-, con quienes se verá las caras en esta liguilla, y ninguno de ellos consiguió ganar: las noruegas empataron a 22 en la Recopa 1996-97, y las croatas perdieron 32-31 (2003-04) y 32-29 (2005-06), en ambas ocasiones en la Copa EHF. Con esos precedentes, y el de la gran remontada ante el Laczpol polaco en febrero, se puede soñar.