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La cámara del Senado irlandés podría tener sus horas contadas

La mayoría del arco parlamentario irlandés, desde el gobernante partido de derechas Fine Gael y sus socios laboristas hasta Sinn Féin, ya dejaron claro en sus campañas electorales que la eternamente prometida reforma del Senado no pasaba de ser una táctica electoral con nulas posibilidades de realización y abogaban por su abolición, que se votó ayer en referéndum.

Iñaki IRIGOIEN | DUBLÍN

Los irlandeses votaron ayer en un referéndum la abolición del Seanad Éireann, la Cámara alta del Parlamento, con altas probabilidades de salir adelante, en una mezcla de «reforma democrática» y recorte económico.

Desde la creación de la República de Irlanda hasta hoy ha existido un sistema bicameral, con un Congreso elegido por sufragio universal y un Senado elegido a través de un complicado sistema de cuotas. El primer ministro tiene la potestad de elegir a once de los sesenta senadores que componen la Cámara; seis senadores son elegidos por los graduados de ciertas universidades irlandesas; los cuarenta y tres senadores restantes son elegidos de cinco paneles especiales -enseñanza y cultura, agricultura, trabajadores, industria y administración pública- por un electorado consistente en los diputados, senadores y concejales locales. Cada uno de estos paneles consta, en teoría, de individuos que poseen conocimientos específicos o experiencia en alguno de esos cinco campos, si bien en realidad en la mayoría de los casos son simplemente el lugar donde los diferentes partidos colocan a aquellos candidatos que no han logrado un puesto en el Parlamento y de esta manera puedan mantener un cierto nivel de exposición en los medios de cara a futuras contiendas electorales o bien futuros candidatos que necesitan cierta experiencia parlamentaria antes de presentarse a las elecciones. Todos los partidos del arco parlamentario coinciden en que el Senado en su forma actual no puede justificar su existencia.

El hecho de que los paneles creados para elegir a personas con conocimiento en determinadas materias que puedan contribuir a mejorar la calidad de los proyectos legislativos hayan sido convertidos en viveros de futuros parlamentarios, junto al carácter elitista de los senadores universitarios y el elevado número de senadores elegidos por el Gobierno ha hecho que durante años se haya planteado la necesidad de reforma del Senado, una reforma que nunca ha llegado.

En esta situación y teniendo en cuenta crisis económica a la que se enfrenta Irlanda, Fianna Fail, el partido político que ha gobernado durante sesenta de los últimos 75 años, se ha convertido en el único del arco parlamentario que aboga por la reforma algo que, sin embargo, nunca hizo cuando gobernaba.

REFORMA PENDIENTE

La posible abolición del senado irlandés dejará pendiente la cuestión de una reforma profunda de las estructuras legislativas en las que la mayoría parlamentaria anula cualquier posibilidad de debate.

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