Pese a tener a sus dirigentes encarcelados y sus medios clausurados, miles de seguidores del depuesto presidente Mohamed Morsi volvieron a salir ayer a la calle. Y de nuevo el resultado que dejó la represión fue de al menos cuatro muertos por disparos de la Policía, además de cuarenta heridos, cuando los manifestantes intentaban acercarse a la plaza Tahrir de El Cairo. La Policía había bloqueado los accesos con muros, alambradas y vehículos blindados para impedir que se acercaran y lanzó disparos de fuego real y gases lacrimógenos, obligándolos a concentrarse en una plaza alejada.

Un testigo de Reuters relató que un vehículo militar disparó balas de plomo contra seguidores de los Hermanos Musulmanes en la plaza Tahrir, mientras que en otra zona de la capital, los seguidores de Morsi se enfrentaron con la policía en la ruta que conduce a las pirámides de Giza.

Tras el rezo del viernes, los manifestantes también se dirigieron hacia el ministerio de Defensa y varios miles más se concentraron en el barrio de Ciudad Nasser, donde se encuentra la plaza de Rabaa al Adawiya, escenario de la matanza de cientos de personas el pasado 14 de agosto, cuando el Ejército asaltó las concentraciones de los Hermanos Musulmanes. También hubo enfrentamientos en los barrios de Manial -donde se produjo una de las muertes- y Shubra, de la capital, así como en la ciudad costera de Alejandría.

En Ciudad Nasser los manifestantes mostraban la mano con cuatro dedos extendidos, símbolo de la represión en Rabaa al Adawiya, y portaban imágenes de las víctimas de la represión, gritando «venganza, venganza».

La Alianza por la Legitimidad, continúa la presión en las calles a pesar de que más de 2.000 islamistas, seguidores de los Hermanos Musulmanes y del Partido Libertad y Justicia, han sido detenidos desde el golpe, por lo que ha perdido parte de su capacidad de movilización.

Además los tribunales han prohibido las actividades de los Hermanos Musulmanes y han ordenado la confiscación de sus bienes.

Por otra parte, el periodista Jaled Daud, que dimitió como portavoz de la principal alianza opositora a Morsi, fue apuñalado por manifestantes islamistas, según informó el diario oficial «Al Ahram».