Secuestros y ejecuciones extrajudiciales: buenos titulares de prensa que no traen nada bueno
Aimagen y semejanza de la «guerra contra el terrorismo» -aquella que se desarrolla «donde quiera que los terroristas huyan, se escondan o planifiquen»- que decretó George W. Bush poco después del 11 de setiembre de 2011, Obama dio ayer el visto bueno para sendas operaciones de fuerzas especiales de EEUU en Libia y Somalia. En Trípoli secuestraron, «legalmente» según el Secretario de Estado, John Kerry, a Abu Anas al-Libi y parece que ahora lo tienen preso a bordo de un portaaviones en el Mediterráneo, mientras que el intento de capturar a otra persona en la ciudad somalí de Barawe fracasó al encontrarse con una fuerte resistencia. Secuestrar a una persona en otro país deja interrogantes sobre la legalidad de esa autoproclamada guerra.
La proliferación de este tipo de actos en Libia, Somalia, Líbano, Yemen, Pakistán, Siria, Irán y en otros tantos países es la vía más segura para que quienes son así atacados quieran tomarse su venganza contra los occidentales. Ir por todo el mundo deteniendo y secuestrando sospechosos es algo desesperado y contraproducente. Tiene impacto mediático y da buenos titulares, pero más allá de ello, no trae nada bueno.