Era cuestión de tiempo, como bien decía la mayoría de los analistas, una toma de beneficios rotunda después de la escalada de nueve sesiones al alza. En este contexto, el Ibex perdía los 10.000 puntos sin remisión. Hoy saldrá desde los 9.828,30 puntos, tras ceder un 1,84%, su peor balance desde el 27 de agosto. Los números rojos se extendieron por Londres (-0,32%), Fráncfort (-0,31%) y París (-0,81%). Para el Estado español fueron relevantes la mejoría en la prima de riesgo y la salida de la recesión en el tercer trimestre al subir el PIB un 0,1%. No obstante, la acumulación de plusvalías en las dos últimas semanas, el aviso sobre el fin de la carrera alcista de los bancos españoles por parte de Citigroup y las pérdidas de Wall Street escudaban las ventas en el Ibex. Tampoco se encajaba bien el diseño del BCE para el nuevo análisis de los bancos europeos. La evaluación de las carteras de bonos soberanos añade un punto inesperado de incertidumbre en el resultado. Dentro del Ibex, llamaba la atención el fuerte golpe propinado al sector financiero. Bankinter perdió un 4,57%, Sabadell, un 4,08%, y BBVA, un 3,66%. En un peldaño inferior se situaron Popular y Santander, que cedían más de un 2%. Otros grandes, como Telefónica (-2,18%) e Iberdrola (-2,23%), no escapaban tampoco de los efectos del retroceso del Ibex, mientras que IAG (+1,54%) lideró los avances de los cuatro únicos valores que cerraban con ganancias. Por su parte, dentro del Cac destacaron las fuertes bajadas de ST Microelectronics (-8,88%) y Orange (-5,35%), castigados tras decepcionar con las cuentas trimestrales.