Su día a día formal se reparte entre las clases de guitarra que imparte en Ondarroa, Bermeo y Mendaro. Con sus clases lleva catorce años. El resto del tiempo, Keu Agirretxea lo reparte entre la familia, un poco de ocio ligero y el placer de inventar melodías, frases, combinar arreglos y dar vida a una canción, a la que le siguen sus otras hermanas. Se trata de la «otra familia» que vive dentro de un cedé que habita en «Behe presioaren erdigunean», posiblemente el disco más completo de la dilatada carrera del músico de Ondarroa, iniciada con la insurgente velocidad de Etsaiak y tamizada con el tiempo con una guitarra acústica que en sus manos suena como si fuera lo más sencillo del universo a pesar de su complejidad. Keu tampoco olvida la eléctrica, parte de sus raíces, de sus días más juveniles.

El 23 de noviembre de 2010 Keu publica un ambicioso proyecto, «Denbora vs kantuak» y tres años más tarde recala con «Behe presioaren erdigunean». Nunca es necesario clasificar un disco, pero el entusiasmo tras la escucha obliga a situarlo y el cuerpo nos pide o nos susurra que es su disco más afortunado. El porqué lo hallamos en la calidad de las composiciones, la ganancia como cantante melódico, la calidad de su guitarra (utiliza una Taylor, una Takamine y una Strato. Además de cuerdas Elixir Nanoweb), los arreglos imaginados y los músicos que le arropan.

«El reto de este disco me lo he puesto en escribir buenas canciones, que emocionen, que te digan algo, que no sean por ser, que solo pertenezcan al fondo. Cuando oigo algo que me gusta mucho digo ¡uahu! Y eso es lo que quería sentir y decirme con estas canciones. Ese algo que sientes cuando de verdad te llega dentro. Luego ha sido divertido arreglar las canciones, como segundas voces, falsetes, la guitarra slide, escuchar a los colaboradores aportando su personalidad...».

Keu comienza su encuentro con el acorde semivacío en marzo de este año. «Tenía grabadas en el móvil un montón de melodías y de partes de guitarra y voz. Seleccioné lo que más me transmitía y me emocionaba y empecé a grabar las primeras guitarras y voces. Luego vino lo más bonito, colorear los temas, slide guitar, sintes, cajas de ritmo, vientos... Es el cuarto disco que produzco grabándolo y mezclandolo todo en casa. Creo que me he acercado mucho a lo que tenía en la cabeza antes de grabar. Algo fresco y natural. Para las colaboraciones me he movido o nos hemos intercambiado pistas por Internet», explica.

¿Dónde está el relleno?

No hay manera. Keu Agirretxea ha forjado un disco tan campleto, que no hay canción que flojee por ninguno de sus fibrosos músculos. No hay manera. Al contrario, cada escucha muestra más sugerencias, melodías que se enredan en el subconsciente y amplían, habilidades de todo tipo que terminan por vestir cada composición como no cabía suponer. «Behe presioaren erdigunean» es uno de los discos más sensuales y sedosos de los últimos años. Son las guitarras acústicas de Keu con sus virtuosos fraseos (sin empalagar), los eficaces arreglos de viento, los ritmos latinos con algo de bossa, los delicados teclados, las melodías felices.

Con todo, el valor del presente trabajo se encuentra en la composición. «Esa era la intención, crear canciones que emocionasen incluso defendiéndolas solo con guitarra y voz. Las hemos vestido un poco, pero sin pasarnos en cargar mucho. Lo importante era tener una buena mezcla de armonía y melodía. Tampoco quería el típico disco acústico ladrillo, quería buscar un equilibrio, con ritmo y diferentes texturas», precisa Keu, quien puede tener la seguridad de haber conseguido el objetivo. De hecho, si bien nos apetece destacar «Olatu bakoitzeko», «Bizian», «Zapi itsasoak» (recuerda a Jack Johnson), «Inork ez digu esaten», «Bakoitzean», «Indar galaktikoak», «Imperfektu eta hauskor» (con toque bossa y un tono melódico/vocal cercano a Xabi Solano) ¿por qué dejar dos fuera?. No hay razón, «Behe presioaren erdigunean» es un planeta sin satélites.

«Con Solano he coincidido en `Gazta zati bat' y hemos tocado juntos temas de Esne Beltza ¿se me habrá quedado algo?. Canta muy bien, así que si me parezco [en ocasiones], será bueno», y ríe sin malicia.