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Merkel pide explicaciones a Obama por el espionaje sobre su móvil

La canciller alemana, Angela Merkel, telefoneó ayer al presidente de EEUU, Barack Obama, para pedirle explicaciones sobre el espionaje sobre su propio teléfono móvil y pedir que cesen estas prácticas. Obama negó que EEUU espíe actualmente a la canciller. Washington también desmintió el espionaje masivo sobre los ciudadanos franceses, pero al malestar del Gobierno francés se añade el del mexicano, que ha exigido una investigación exhaustiva.

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GARA | BERLÍN

Lejos de apagarse, la presión sobre Washington por sus programas de espionaje no deja de aumentar, más aún cuando toca ya de cerca y personalmente a sus más cercanos aliados. La canciller alemana, Angela Merkel, telefoneó ayer al presidente de EEUU, Barack Obama, para pedirle explicaciones después de haber descubierto que su teléfono móvil podía haber sido espiado por EEUU, y exigirle que aclare estas sospechas.

«El Gobierno federal ha obtenido informaciones que afirman que el teléfono móvil de la canciller podría ser vigilado por los servicios americanos», explicó el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, que confirmó que la canciller telefoneó a Obama.

Merkel «afirmó claramente que si tales prácticas se confirmaban, las consideraría totalmente inaceptables». «Entre amigos y países socios como lo son desde hace décadas la República Federal Alemana y Estados Unidos, no puede existir una vigilancia así sobre el jefe de un gobierno. Sería un serio golpe a la confianza mutua, Esas prácticas deben concluir de inmediato», subrayó su portavoz.

Como respuesta, Obama desmintió que EEUU espíe ni vaya a espiar las comunicaciones de la canciller, según informó la Casa Blanca, jugando con la gramática al hablar solo en presente y dejando abierta la posibilidad de que hubiera podido suceder en el pasado.

Su portavoz, Jay Carney, aseguró que EEUU otorga «una gran importancia» a la cooperación con Alemania «sobre un conjunto de cuestiones de seguridad mutuas».

Merkel recordó a Obama sus peticiones de información todavía pendientes y le dijo que Alemania espera acordar con un país aliado como EEUU las bases del trabajo de los servicios de inteligencia. El ministro de la Cancillería, Ronald Pofalla, se reunió con los responsables de la comisión parlamentaria de secretos oficiales para explicarles la situación. A la vez se celebraron reuniones de alto nivel con representantes de la Casa Blanca y de la Secretaría de Estado de EEUU con el fin de aclarar los hechos.

Niega los datos de «Le Monde»

Previamente, las autoridades estadounidenses se vieron obligadas a reaccionar a la cólera expresada tanto por el Estado francés como por México por el espionaje masivo a sus ciudadanos e instituciones. El director de inteligencia, James Clapper, -que coordina 16 agencias de espionaje- tuvo que responder personalmente, aunque lo hizo para poner en duda las informaciones de «Le Monde», que aseguran que la NSA registró más de 70 millones de llamadas telefónicas de ciudadanos franceses en menos de un mes.

Clapper dijo que los artículos de «Le Monde» «contienen información inexacta y engañosa respecto a las actividades de los servicios de inteligencia exterior de EEUU», pero insistió en el argumento del «todos lo hacen» al añadir que «EEUU recoge elementos de información del mismo tipo que los que recogen todos los países».

Más contundente que la francesa está siendo la reacción mexicana. Su ministro del Interior, Osorio Chon, anunció ayer una «investigación exhaustiva ordenada por el presidente», Enrique Peña Nieto, sobre las actividades de espionaje de EEUU.

El ministro de Exteriores, Jose Antonio Meade, anunció poco antes que llamará a consultas al embajador de EEUU por las revelaciones del espionaje de la NSA al expresidente Felipe Calderón y de forma sistemática y durante años al Gobierno mexicano. Peña Nieto afirmó el mes pasado que Obama habría prometido una investigación. Meade subrayó que a la «respuesta insuficiente e inadmisible» por parte de Washington se añaden ahora nuevos elementos que urgen la investigación.

parlamento europeo

El pleno del Parlamento Europeo pidió a la Comisión suspender de forma temporal el acuerdo que permite la transferencia de datos bancarios europeos a EEUU para la «lucha antiterrorista» como represalia por el supuesto espionaje.

Espiar a los aliados, práctica común en el ciberespacio

Los expertos subrayan que el espionaje ente Estados, incluso aliados, es una práctica corriente e «inevitable» en un ciberespacio convertido en un medio militar más. Desde hace varios meses, las revelaciones del extécnico de la NSA Edward Snowden sobre el programa masivo de espionaje de EEUU han sacado a la luz la vigilancia sobre países europeos e instituciones de la UE. El conjunto de revelaciones sobre las actuaciones de la NSA «señalan con el dedo a un país pero hay espionaje en todas partes», afirmaba recientemente Patrick Pailloux, director general de la Agencia Francesa de Seguridad de Sistemas de Información (ANSSI). «La NSA tiene enormes recursos financieros por lo que puede hacer cualquier cosa. Ha habido ingenuidad fingida por parte de algunos estados, pero si sus propios servicios secretos pudieran hablar ... », subraya Ourghanlian Bernard, Director Técnico y de Seguridad de Microsoft Francia. «Espiar a otro estado o entrar en infraestructuras críticas de empresas de otro país. Desde este verano «todo el mundo se da cuenta que no vivimos en un cuento de hadas y que nadie se priva de espiar a los aliados», resume Loïc Guezo, director técnico en Europa del grupo japonés Trend Micro. Se trate de fines económicos o de un objetivo ideológico, todos los Estados son ciberespías cuyas motivaciones difieren pero que utilizan las mismas técnicas, estima Laurent Heslault, director de Estrategias de seguridad de Symantec. «Actualmente, todo conflicto lleva su ciberconflicto. El ciberespacio es un nuevo medio militar, como la tierra, el aire, el mar o el espacio», concluye. GARA

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