CHAMPIONS LEAGUE
El Manchester demuestra ser el más fuerte y aleja a la Real de los octavos
El Manchester se impuso con toda justicia a la Real en un partido en el que resultó clave el autogol de Iñigo Martínez en el primer minuto. El equipo inglés tuvo más y mejores opciones en un duelo trepidante y con un ambiente excepcional en el que el conjunto blanquiazul solo pudo poner en serios aprietos a su rival en los últimos minutos del primer tiempo y los primeros del segundo. El comportamiento de la afición realista volvió a ser lo mejor de la jornada.
MANCHESTER UNITED 1
REAL SOCIEDAD 0
Joseba ITURRIA | MANCHESTER
El Manchester demostró ante la Real que es el equipo más fuerte del grupo y le dejó casi sin opciones de aspirar a los octavos de final, pero el equipo blanquiazul peleó con dignidad y su afición, ejemplar como siempre, disfrutó pese a la derrota del éxito que representa para su club jugar un partido de la Liga de Campeones en Old Trafford.
La fiesta no pudo ser completa porque el Manchester es un grandísimo equipo y fue superior en la mayor parte del encuentro apoyado en su calidad y su capacidad física para jugar a un ritmo altísimo. Además Arrasate quiso alinear su mejor equipo, casi el mismo que jugó en Valencia, y Moyes introdujo cuatro cambios de medio campo para adelante y eso le ayudó a aguantar mejor el partido.
Tampoco hay que darle más vueltas. Ganó el mejor, que además jugaba en su casa, con el apoyo del público y del marcador desde el primer minuto para resolver las dudas con las que podía afrontar el encuentro tras una racha de dos victorias en los seis compromisos anteriores.
El peor inicio
El partido no pudo comenzar peor para la Real porque una de las claves era contener la ofensiva inicial del Manchester y en la primera aproximación a la portería de Bravo, Rooney remató al poste e Iñigo Martínez, en un despeje que no parecía ofrecer tantas complicaciones, envió el balón a su portería.
No fue una jugada aislada, el Manchester comenzó mucho mejor con un ritmo y una velocidad a la que no podía responder el equipo blanquiazul. Se ha hablado mucho del mal inicio de la era David Moyes, pero cuando se juntan futbolistas capaces de jugar con la precisión y la velocidad con la que lo hicieron los ingleses en casi todo el partido poco se puede hacer.
Rooney tuvo otra clara ocasión para marcar que desbarató Bravo en el minuto 14 y solo en los últimos 15 antes del descanso la Real consiguió romper el dominio local y llegar con peligro en un remate de Seferovic que De Gea despejó a corner y en una falta lanzada por Griezmann a la misma escuadra.
La mejoría de la Real en el final del primer tiempo tuvo continuidad en el inicio del segundo, en el que en once minutos tuvo cuatro llegadas con mucho peligro a la meta de De Gea. Pero Vela no llegó en la primera por poco, Seferovic no acertó en las dos siguientes y un centrochut de De la Bella estuvo a punto de sorprender al gran portero local, que ofreció una seguridad absoluta en todos los balones aéreos que enviaba la Real de forma equivocada.
Una vez superados esos minutos de acoso blanquiazul, el Manchester se acercó con mayor peligro a la portería de Bravo en un partido vibrante y abierto en el que los dos equipos buscaban la portería con rapidez y el balón iba de un área a la otra sin que a los ingleses, fieles a su filosofía, se les ocurriera especular con el resultado.
Así el Manchester tuvo opciones suficientes para ganar por un marcador más amplio, sobre todo con un remate de Valencia al poste y una ocasión clara de Kagawa, que no la aprovechó al dudar y controlar el balón en lugar de rematar a la primera desde el centro del área.
La Real tuvo más posesión de balón y el Manchester United jugaba a la contra y, tras contener los primeros minutos de acoso blanquiazul, creaba más peligro y el 0-2 siempre se vio más cerca que la posibilidad del empate, aunque la diferencia mínima permitió que la emoción durara hasta el final.
Pocas opciones
La tercera derrota de la Real, unida a la victoria del Bayer Leverkusen sobre el Shakhtar, deja al equipo de Arrasate con muy pocas opciones de aspirar a las dos primeras plazas que clasifican para los octavos de final y que ocupan el Manchester con siete puntos y el Bayer Leverkusen con seis. Tampoco será fácil alcanzar la tercera que defiende el conjunto ucraniano con cuatro puntos y que además tiene el average encarrilado tras el 0-2 logrado en Anoeta.
Fue ese encuentro el clave de la fase de grupos porque la Real tuvo opciones suficientes para sentenciarlo en el primer tiempo y cayó derrotado con el equipo que parecía, y se ha confirmado, como el más factible del grupo de los blanquiazules.
También mereció más contra el Bayer Leverkusen, pero ayer fue claramente inferior aunque le perjudicó especialmente el gol encajado en el primer minuto. Con un 0-0 la Real podía jugar como en Lyon, pero estuvo siempre obligada a atacar y en un partido de ida y vuelta se impone generalmente el Manchester, que es al que más le va ese juego. Se crearon muchos espacios en el centro del campo en los que, especialmente, Rooney creó mucho peligro.
Vela, Seferovic y Agirretxe siguen negados en ataque y sin marcar no se puede aspirar a más. Por eso toca priorizar más que nunca la Liga y la Real deberá aprovechar sus tres próximos partidos ante Almería, Valladolid y Osasuna para escalar posiciones en la clasificación.
Jagoba Arrasate, tras la derrota en Old Trafford, apuntó que el de ayer «fue el peor partido» que ha jugado la Real en las tres jornadas de la liguilla. «Ha sido querer y no poder. Hoy hemos perdido con merecimiento», sentenció el técnico txuri-urdin. Una tercera derrota que merma las posibilidades del conjunto donostiarra para llegar a octavos de final de la Champions League.
Sin embargo, Arrasate miró hacia las próximas jornadas: «Tenemos que tratar de ganar los tres encuentros. Matemáticamente hay opciones, y el tercer puesto también tiene premio», señaló el vizcaino en referencia a la Europa League.
Explicó que su equipo en ningún momento se sintió cómodo sobre el césped, y que pese a las contadas pero claras ocasiones, no se pudo hacer nada: «Llegábamos tarde a todos los balones, y cuando la pelota estaba en nuestro poder tampoco éramos precisos». El preparador guipuzcoano mostró su decepción con la imagen que su conjunto ofreció en Manchester.
Sin embargo, quien sí dio la talla fue la afición, y Jagoba Arrasate no se olvidó de ellos. «Veníamos escuchando durante semanas que este iba a ser un día especial. Y así lo han demostrado. Estoy decepcionado por no haberles podido ofrecer una mejor imagen», finalizó el entrenador de Berriatua.
Por su parte, el técnico del Manchester, David Moyes, mostró su satisfacción con el nivel que los Red Devils dieron en la noche de ayer. Al mismo tiempo, se mostró preocupado con la falta de gol: «Solo ha faltado sentenciar el partido. Es lo que nos falta. No matar el partido generó cierta tensión entre los jugadores», unos nervios que durante algunos instantes de la segunda parte también se trasladaron a la afición de Old Trafford, que señaló a varios jugadores: «Nuestra tarea es meter la pelota en la red, pero la responsabilidad es de todo el grupo». La afición del Manchester no se quedó atrás, y si los llegados desde Donostia se hicieron notar, ellos no fueron menos: «Este año estamos recibiendo un apoyo que es esencial en los momentos más difíciles». Finalmente, quiso remarcar el partido que Wayne Rooney y Kagawa hicieron en la segunda línea de ataque, donde crearon muchos quebraderos de cabeza a la zaga realista.