Liga Asobal
El Barça vuelve a Artaleku
La visita del club blaugrana rememora los mejores tiempos del club bidasotarra en la máxima categoría.
Juan Carlos ELORZA
Bidasoa y Barcelona se reencontrarán este mediodía en partido de competición oficial (12.15, Carlos Javier Gude y Juan José Gude -CAV-, ETB1), tras seis temporadas de paréntesis en que los irundarras han conseguido sobrevivir en la División de Honor Plata, y volver a la Liga Asobal. En ese mismo periodo de tiempo varios clubes históricos han echado la persiana (Teka-Cantabria, San Antonio, y el último el Ciudad Real-At. Madrid), por lo que se puede considerar un éxito en sí mismo que Artaleku pueda disfrutar otra vez de la visita del Barcelona.
Lo del resultado de hoy carece de mayor interés. En sus mejores tiempos el Bidasoa fue capaz de plantarle cara a los blaugranas, cuando ganó un par de Ligas y un par de Copas. Incluso se encontraron en la final de la Copa de Europa en la temporada 1995-96, con empate en Artaleku y derrota en el Palau Blaugrana. Desde que los irundarras llegaron a la máxima categoría, en la temporada 1970-71, ambos equipos se han enfrentado en partido oficial en 109 ocasiones, con 92 victorias del Barcelona, 14 del Bidasoa, y 3 empates.
Hoy el objetivo del Bidasoa no puede ser salir a por la victoria, no es real. Resulta mucho más práctico disfrutar de la presencia de uno de los mejores equipos del mundo, asimilar que tras un duro camino por la Plata el Bidasoa vuelve a estar con los mejores, tratar de cumplir con los deberes que haya puesto Fernando Bolea para seguir progresando, hacer un buen juego... y procurar que no haya lesiones. Sin mirar apenas al marcador.
El Barcelona ha arrollado a sus siete primeros rivales ligueros, metiendo una media de 38 goles por partido, o sea que todo aquel que vaya a Artaleku debe ir preparado para lo que pueda caer. Lo mejor es pensar en lo que se puede disfrutar con las evoluciones de sus figuras, y animar a los jóvenes bidasotarras, que también deberían pensar en perspectiva. Los datos de los partidos disputados hasta ahora sugieren que los rivales del Barça tampoco se han empleado al cien por cien ante los azulgranas, se han mostrado menos agresivos en defensa (disminuyendo el número de exclusiones), e incluso han reservado jugadores importantes.
La igualdad a la baja que ha experimentado la Liga ha aumentado la competencia y nadie quiere gastar energías en balde ante el gigante blaugrana.
Al Barcelona no le queda otra que aplicar el rodillo en la Liga Asobal -nunca ha sido un equipo que haya bajado el pistón, con Valero Rivera era imposible y sus sucesores han seguido por el mismo camino- y centrar sus miras en la Champions League -donde también permanece invicto, tras haber cedido un solo empate en la pista del Vardar-, sobre todo después de la decepción de la última Final Four.
Xavier Pascual ha dejado en Barcelona a sus extremos Tomás y Juanín, así como al pivote Sorhaindo, y alineará en su lugar a tres jugadores del filial -que jugará la Copa contra el Bidasoa-, el extremo Balaguer, el lateral izquierdo checo Kasal (209 centímetros de altura), y el pivote Adriá Figueras, máximo goleador del Barcelona B.
El Bidasoa llevaba tiempo intentando agasajar al mejor jugador que ha dado el club -y eso que ha habido muchos muy buenos-, Julen Aginagalde, aunque los compromisos deportivos del pivote, y más desde que fichó por el Targi Kielce polaco, lo han ido impidiendo.
Pero hoy se han dado las condiciones óptimas. Hay un parón de dos semanas en la Liga polaca -que lidera el Kielce con 7 victorias en 7 jornadas-, también descansa la Champions League -donde el equipo de Aginagalde lleva también 4 de 4-, y una visita a Irun ha coincidido con la presencia del Barcelona, el mejor escenario para que reciba el homenaje.
Julen Aginagalde, que cumplirá 31 años en diciembre, empezó en Bidasoa siguiendo los pasos de su hermano mayor, Gurutz -portero del Naturhouse La Rioja-, y permaneció en el club irundarra hasta el final de la temporada 2005-06, cuando fichó por el Ademar León -donde ganó su primera Copa Asobal-. Después de tres temporadas dio el salto al Ciudad Real para cubrir el hueco que dejaba el cubano Rolando Uríos tras su retirada. En este club fue campeón de Liga, de Copa, de Copa Asobal y de la Supercopa, aunque no pudo lograr un título europeo, un objetivo al que vuelve a aspirar esta temporada, esta vez a las órdenes de otro ex del Bidasoa, Bogdan Wenta.
Su palmarés se completa con el título de campeón en el Mundial 2013 con la selección española, tras haber sido bronce en la edición de 2011.
A título individual, fue distinguido como mejor jugador y/o mejor pivote de la Liga Asobal varias temporadas, se le incluyó en el mejor siete de los Juegos Olímpicos de Londres, también en el del Mundial, y fue nominado con otros cuatro jugadores para la elección del Mejor Jugador Mundial 2012. J.C.E.