La escuela ESCAC está sirviendo de fructífera cantera para el cine catalán, a través de su distribuidora de películas Escándalo Films. Entre los jóvenes talentos que ha ido descubriendo se encuentra la realizadora Mar Coll, ganadora del Goya a la Mejor Dirección Novel con su ópera prima «Tres dies amb la família». En su segundo largometraje «Tots volem il millor per a ella» sigue hablando de la burguesía catalana que tan bien conoce desde la perspectiva de la institución familiar, siempre bajo un punto de vista muy femenino.

La actriz Nora Navas, premiada por «Pa negre», es la máxima protagonista. La historia está contada en primera persona, y la coralidad también va referida ella, al tratarse de cómo la ven los demás. El irónico título se refiere al poder de decisión que han tenido otras personas en su vida, hasta que toma conciencia de todo ello e intenta rebelarse. Aunque es un drama, en la medida en que lo que le ocurre no es nada divertido, Mar Coll se permite cierto distanciamiento y elementos desdramatizadores, como la música festiva de Xavier Cugat.

Lo tragicómico se intuye en ciertos detalles, empezando porque a la protagonista le cuesta hablar y tartamudea, lo que llega a ser motivo de cruel burla. De poco sirve que sea una mujer casada que ejerce la abogacía, ya que hasta su marido la trata como si fuera una niña con diminutivos tan cariñosos como infantiles. Y ella siente que en realidad está dando otra vez los primeros pasos, a consecuencia de un grave accidente que le ha dejado tantos secuelas físicas como neuronales.

Además de arrastrar una cojera, tiene dificultades para ordenar las ideas y sufre continuos despistes. La familia tampoco le ayuda a crecer, a desarrollarse con libertad. El percance, al menos le ha servido para comprender que antes de estrellarse con su coche no llevaba la vida que quería llevar. Sera el encuentro con una vieja amiga de su época de estudiante en el Liceo Francés el que le haga ver definitivamente que podía haber seguido otro camino bien distinto. La argentina Valeria Bertuccelli incorpora todo lo que ella no es, esa mujer aventurera que no se detiene ante nada ni ante nadie, aunque las cosas no le tengan que ir necesariamente bien.