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Crónica | Estrategia de futuro

«El sector público debe ser motor de cambio económico»

Soberanía económica, política industrial propia, apoyo a energías renovables, sector público fuerte y activo, participación social y sindical, financiación propia y política fiscal acorde a la media europea son elementos que deben estar encima de la mesa en la estrategia económica vasca para el futuro.

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Juanjo BASTERRA

Gaindegia, observatorio para el desarrollo socioeconómico de Euskal Herria, organizó en Bilbo una conferencia con el doctor en Economía por la UPV-EHU Antón Borja sobre la necesidad de establecer una estrategia económica vasca de futuro. Imanol Esnaola, coordinador de Gaindegia, presentó el acto y reconoció que es intención del observatorio potenciar estos encuentros de debate con más frecuencia, para llevar a la sociedad la discusión sobre nuestro futuro inmediato y para posicionarnos ante los nuevos retos.

Borja no defraudó en el planteamiento para los próximos años. Basó su eje de intervención en la necesidad de extender «la conciencia social sobre la soberanía económica» y en «la intervención del sector público en la política económica», como «motor de la actividad vasca». Porque, como expresó, «si dejamos que el mercado haga todo, dentro de cinco años estaremos aún peor».

A su juicio, se debe impulsar una política industrial activa, por lo que cuestionó lo que se ha realizado hasta el momento desde las Administraciones Públicas porque «no basta con dar ayudas, sino que hace falta una directriz dirigente». Para ello, remarcó la necesidad de invertir en actividades estratégicas, entre las que destacó las energías renovables.

Antón Borja admitió que esta nueva estrategia económica vasca de futuro tiene que incluir como elemento primordial a los sindicatos «como actores principales, no como invitados».

Cuatro o cinco años más

A su juicio, tardará «entre cuatro y cinco años» en verse una mejoría de la economía. Sector a subsector, el análisis del doctor en Economía determinó que en el sector agrario se debe avanzar en la soberanía alimentaria o «cuando menos en la recomendación de la FAO, organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura, que establece que el 50% de los alimentos que se consumen deben ser producidos por los agricultores de la zona» y, a la vez, rechazó la Política Agraria Común (PAC).

Sobre el motor económico vasco, el sector industrial, explicó que entre 2008 y 2012 la capacidad de la industria de Bizkaia ha caído un 33%; un 27%, en Gipuzkoa y un 28%, en Araba, «con una pérdida de 45.800 empleos».

Política industrial activa

Dijo que es el momento de dar la vuelta a esta situación, porque las empresas llevan «un retraso fuerte en inversión e innovación tecnológica» respecto a la Unión Europea. «Si hacemos lo de siempre, no levantaremos el vuelo», por lo que advirtió de la necesidad de definir «una política industrial activa, que fije una directriz dirigente». Entre las salidas destacó la necesidad de reorientar los centros tecnológicos en apoyo a las pymes y establecer un fondo económico estructural. «Dinero hay de sobra», precisó. Llamó a echar mano del Banco Europeo de Inversiones, que cuenta con 40.000 millones anuales para propiciar la inversión, y de Kutxabank, que dispone de depósitos que superan los 40.000 millones.

En este caso, Antón Borja cree que es necesaria la puesta en marcha de un banco público vasco, aunque en este momento las restricciones a esa actividad son importantes. A la vez entiende que se debe adoptar una política fiscal adecuada. Lamentó la diferencia de más de ocho puntos de presión fiscal con la media de la Unión Europea y que «el Gobierno Rajoy ha subido los impuesto más que aquí». En este aspecto, llamó a actuar contra el fraude fiscal, pero dijo que «es complicado, porque para evaluar a una gran empresa se tarda más de un mes, como me dijeron desde Gipuzkoa», explicó. Todas estas actuaciones deberían dirigirse «a reforzar el tejido productivo», apuntó, para añadir que solo se logrará si se produce dentro de la hegemonía social.

Ejemplos como Fagor y otras situaciones de crisis ponen en evidencia, a juicio del ponente, la debilidad del tejido productivo vasco, por lo que consideró necesaria «una potenciación directa y activa, de verdad».

Defendió la actividad comercial en las zonas urbanas para activar el modelo social y consideró que se debe impulsar el transporte de cercanías por ferrocarril. Borja criticó el uso desmedido de fondos públicos para el TAV sin conocer todavía que el Estado francés alarga a 2032 el enlace con la red de alta velocidad vasca.

 

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