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Los socialdemócratas checos guiñan a los comunistas para poder gobernar

El desplome de la derecha tradicional, lastrada por la corrupción y los recortes, deja libre el camino a la victoria de la socialdemocracia checa, que precisaría del apoyo de los comunistas, en claro ascenso aunque disputado por un candidato multimillonario y neopopulista.

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GARA | PRAGA

Los checos votan hoy y mañana en unas elecciones legislativas anticipadas en las que los socialdemócratas del CSSD parten como favoritos, pero tras las que podrían necesitar el apoyo de los comunistas del KSCM, por primera vez desde la caída del «socialismo real» en 1989.

El Gobierno entrante reemplazará al Gabinete de tecnócratas del economista Jiri Rusnok, instaurado por el presidente a su vez socialdemócrata Milos Zeman tras la caída en junio del impopular Ejecutivo de derecha de Petr Necas, hundido por varios escándalos de corrupción.

El CSSD, del ex ministro de Finanzas Bohuslav Sobotka, tiene unas expectativas de voto del 26 %, cuatro puntos más que en los comicios de 2010, que ganó sin lograr el Gobierno.

Esta vez estaría dispuesto a gobernar con el apoyo parlamentario exterior de los comunistas, que en las regionales de 2012 lograron un 20,43 % de sufragios y a los que las encuestas auguran un 16 % de votos (cinco puntos más que en 2010), con lo que ambas formaciones podrían superar el centenar de escaños de un Parlamento con 200 diputados.

Para ello se basan en los puntos comunes de los programas electorales, que defienden cuestiones sociales en un país que acaba de salir de una recesión económica de 18 meses y sufre una dura terapia de recortes.

Marta Semelova, cabeza de lista comunista por Praga y que no oculta su admiración por Stalin, reconoce que las diferencias aumentan en política internacional, ya que el KSCM aboga por la disolución de la OTAN, de la que la República Checa es miembro.

El presidente Milos Zeman acepta un apoyo externo de los comunistas pero no oculta su enemistad con el candidato socialdemócrata. Con su memoria de elefante, no olvida que Sobotka no le apoyó en las presidenciales de 2003, lo que supuso la elección del liberal Vaclav Klaus. Zeman ha hecho campaña a favor del número dos del CSSD, Michal Hassek, y ha señalado que formar gobierno corresponderá a un «representante» del partido ganador, no forzosamente de su líder.

Este último se aupó al liderazgo en el congreso de 2011 con un discurso izquierdista que no casa con su pasado (como ministro de Finanzas reconoció que las promesas sociales del CSSD eran imposibles de cumplir), Muchos le acusan de ser un encantador de serpientes y de ser un puro político de pose.

Descalabro de la derecha clásica

La derecha clásica, conformada por el TOP 09 y el hasta junio partido gubernamental ODS, se preparan para unos malos resultados electorales.

Liderado por el veterano Karel Schwarzenberg, el TOP 09 cuenta con una intención de voto del 13%, tres puntos menos que hace tres años. Aristócrata y jefe saliente de la diplomacia checa, está mejor visto por Occidente que por sus conciudadanos.

Los grandes perdedores serán sin duda los conservadores del ODS, que se derrumbaría debajo del 9 % pese a que en las dos últimas décadas ha contado con un suelo electoral del 20 %. Huérfano de su fundador, el expresidente Klaus, el partido atraviesa una grave crisis asolado por escándalos de corrupción y criticado por sus duros recortes.

socialdemócratas

Grandes favoritos, su único hándicap son las malas relaciones entre el presidente Milos Zeman y su candidato y ex ministro de Finanzas Bohuslav Sobotka, conocido por incumplir sus promesas electorales de mayores ayudas sociales.

Comunistas

Los comunistas del KSCM, que lograron un 20% de votos en las regionales del año pasado, podrían convertirse en segunda fuerza imprescindible para un gobierno socialdemócrata escorado a la izquierda.

NEOPOPULISTAS

ANO (acrónimo de Asociación de Ciudadanos Insatisfechos), liderado por el multimillonario Anfrej Babis, denuncia la corrupción política y los «excesivos» impuestos.

Auge en las encuestas de un empresario multimillonario y neopopulista

Entre los checos, decepcionados por un bipartidismo corrupto y por los draconianos recortes y las incumplidas promesas de unos y otros, está ganando enteros la candidatura de Andrej Babis, un magnate agrícola y de los medios de comunicación que podría dar la sorpresa.

Su movimiento centrista ANO (sí en checo) y su discurso neopopulista le han catapultado en las encuestas, en las que supera el 10% y podría alcanzar incluso el 15% de los votos, disputando a los comunistas el segundo puesto.

Propietario de Agrofet, número uno del sector agroalimentario y número dos de la industria química checa, y propietario a su vez del grupo mediático MAFRA (que publica dos de los diarios de mayor tirada nacional), Babis ocupa el puesto 736 en la lista Forbes 2013 de los más ricos del mundo. Su fortuna está evaluada en más de 5.000 millones de euros.

La prensa del establishment que no está bajo su control le acusa abiertamente de ser un émulo de Berlusconi. «Yo no tengo aventuras sexuales», asegura. GARA

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