El que fuera magnate del petróleo y crítico con el Kremlin, Mijail Jodorkovski cumplió ayer diez años desde su detención y encarcelamiento, un suceso que marcó definitivamente la dirección que tomaría el régimen de Vladrmir Putin, según el diario opositor «Novaïa Gazeta», que cree que fue «el comienzo de convertir la cárcel en un medio universal para resolver problemas políticos, económicos o ideológicos». En un largo proceso judicial que sus seguidores consideran un ajuste de cuentas político del Kremlin, el oligarca fue condenado a ocho años por «estafa y fraude fiscal», una pena elevada a 14 años en 2010 en un segundo proceso. Tras su reducción, Jodoroksvski debería salir de prisión el año que viene.