La mediación ugandesa anunció que la República Democrática del Congo y la guerrilla tutsi del M23 firmarán el lunes un acuerdo de paz.

El acuerdo debería reglar la suerte de los combatientes del movimiento rebelde, refugiados en los últimos días en Uganda, entre ellos el líder militar del M23, Sultani Makenga.

Uganda media entre Kinshasa y el M23 en un proceso negociador abierto en diciembre de 2012 a cambio de la retirada de los rebeldes de Goma, capital de la provincia minera de Kivu Norte, que la guerrilla conquistó tres semanas antes.

Estas negociaciones habían progresado poco hasta la victoriosa ofensiva del Ejército de la RDC que, fuertemente apoyado por una brigada de intervención de la ONU, desalojó en diez días al M23 de todas las posiciones que ocupaba desde hace año y medio.

Las presiones de Washington y Londres para que Rwanda se abstuviera de apoyar a la guerrilla para que resistiera la ofensiva han sido sin duda decisivas.

Sobre los combatientes guerrilleros desmovilizados, el portavoz del Gobierno ugandés, Ofwono Opondo, recordó que «el acuerdo detallará el tratamiento de cada caso (...) entre ellos hay algunos que están bajo sanciones de la ONU o de EEUU, otros quieren reintregrarse en el Ejército y otros, simplemente, quieren volver a casa».

Amnistía y refugiados

Reforzado por su victoria militar, Kinshasa se niega a amnistiar a 80 dirigentes guerrilleros a los que acusa de crímenes de guerra, pero se ha mostrado abierto a una solución para los que se comprometan personalmente a no tomar nunca más las armas contra el Gobierno.

El acuerdo negociado incluye también el regreso de los refugiados (una de la más importantes reivindicaciones del M23), la liberación de prisioneros y la reintegración social de los combatientes.

La guerrilla desconfía de la palabra de Kinshasa.