El inesperado recorte de tipos de interés del BCE ha abierto otro escenario para los mercados de renta variable. Ayer se conoció un buen paquete de indicios que revelaba también una situación menos halagüeña de la esperada. En el Estado francés, la agencia S&P rebajó hasta AA su calificación de deuda por el desempleo y la ineficacia de las medidas de París para fortalecer el crecimiento, mientras que en Grecia la deflación llegó en octubre al 2%, su dato más alto en 51 años. Por último, los expertos han abierto el debate sobre los peligros cercanos de una deflación generalizada a la vista del escaso ímpetu en la recuperación económica y la evolución de los precios. Este nuevo temor, pese a la negación de Draghi, frenó las ganas de comprar. Por la tarde, el dato de creación de empleo de Estados Unidos dio el espaldarazo a las bolsas para minimizar daños o, como en el Ibex y el FTSE 100, acabar en verde. En octubre se crearon 204.000 puestos de trabajo, casi el doble de lo esperado, pero el paro crecía un décima, hasta el 7,3%. El Ibex subió un 0,07%, hasta los 9.747,20 puntos. En la semana cede un 0,93%, pero atesora un avance del 19,34% en el año. Londres ganaba al final un 0,17%, mientras que Fráncfort (-0,03%) y París (-0,48%) retrocedieron. En el Ibex, brillaron Telefónica (+0,77%) e IAG (+8,48%) al presentar sus cuentas. La operadora ganó 3.145 millones hasta septiembre, un 9% menos, mientras que la aerolínea obtenía un beneficio de 77 millones. En París, el mejor era ArcelorMittal (+3,38%), al tiempo que Vallourec (-3,25%) y Alstom (-2,49%) sufrían los mayores castigos.