BAGDAD

Un camión-bomba estalló por la mañana frente a un popular mercado al aire libre en el barrio chií de Ciudad Sadr. Fue, de largo, el peor atentado desde la muerte del líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqawi.

La trágica explosión, que tuvo lugar aproximadamente a las diez de la mañana, cuando el mercado estaba repleto de personas, destruyó numerosos puestos de venta de alimentos y ropa, y levantó una enorme nube de humo gris.

Un portavoz del hospital Iman Ali, en Ciudad Sadr, Rasul Zabun, indicó que 66 personas perdieron la vida y 87 resultaron heridas. El coronel de la Policía Hasan Jalub añadió que 22 establecimientos comerciales quedaron destruidos, así como 14 vehículos.

Una multitud de residentes enfurecidos se concentró alrededor del lugar del atentado. Varios jóvenes gritaban consignas mientras daban golpes sobre los restos del automóvil que aparentemente transportaba los explosivos.

El ataque fue obra de un kamikaze, según la versión que ofreció el subsecretario del Ministerio de Sanidad, Sabah Al Huseini, al canal de televisión iraquí, Al Iraquia, si bien la información de Al Jazeera no hacía referencia a este extremo.

La situación que se vive en los hospitales donde han sido ingresadas las víctimas, de las que trece seguían ayer en estado grave, es «catastrófica», tal como la describió el responsable sanitario, que pidió al Gobierno que se destine un presupuesto extraordinario para este tipo de sucesos.

La cadena de televisión Al Iraquia mostró imágenes del mercado Al Suq Al Awal donde ocurrió la explosión. Se podían ver ambulancias y ciudadanos del barrio que intentaban desesperadamente trasladar los cuerpos destrozados de las víctimas.

El terrible ataque contra el mercado de Ciudad Sadr se produce un día después de que el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, insistiera en una nueva cinta de audio en seguir con la lucha contra los estadounidenses y «sus aliados en todos los lugares... en Irak, Afganistán, Sudán y Somalia». Bin Laden rechazó en dicha grabación las acusaciones de que Al Zarqawi luchaba contra «un cierto sector de los iraquíes» y aseguró que «tenía instrucciones ­el yihadista de origen jordano­ claras para concentrar sus combates contra los invasores ocupantes y especialmente los estadounidenses».

Secuestran a una diputada suní y hallan una fosa común
 BAGDAD

El atentado antichií del mercado coincidió con el secuestro de una diputada suní y otras siete personas que le acompañaban en la zona de Al Shaab, en el noreste de Bagdad, según fuentes del Partido Islámico Iraquí. La parlamentaria Taysir Nayeh Awad Al Mishadani, miembro del Frente del Consenso Iraquí (FCI), que agrupa a los principales partidos suníes, fue secuestrada a las nueve y media de la mañana cuando regresaba de la provincia de Diyala.

Entretanto, una fosa común con siete cadáveres de hombres que habían sido torturados y tiroteados fue hallada en el barrio Al Dura, en el sur de Bagdad. Los cadáveres, cuyo estado de descomposición indica que llevaban varios días muertos, tienen impactos de bala y señales de tortura.

La jornada fue la más sangrienta desde que el primer ministro presentara el pasado día 25 al Parlamento su «plan de reconciliación». Al Maliki inició ayer una visita a varios países del Golfo Pérsico ­Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos­ durante la cual tiene previsto explicar su plan y recabar apoyos para llevarlo a cabo.

Entre los principales objetivos de la iniciativa figuran poner fin a la violencia en el país ocupado y convencer a los grupos que rechazan la ocupación para que participen en el proceso político auspiciado por la potencia ocupante.

El plan de Al Maliki, compuesto de 28 puntos, incluye la disolución de las milicias y de los «grupos armados ilegales», así como reformas políticas, económicas y de seguridad.