Noruega está expandiendo la prospección de petróleo en América Latina y busca oro negro en el Golfo de México, Cuba, Venezuela y Brasil, a mismo tiempo que proyecta aumentar su producción anual de crudo un 8% en 2008.

Noruega, tercer exportador mundial de crudo tras Arabia Saudí y Rusia, estima que producirá una media anual de 2,6 millones de barriles (mb) de crudo en 2008, comparado con los 2,4 mb este año, según el último informe elaborado por el Directorio de Petróleo noruego, que contradice estimaciones anteriores.

«El pequeño aumento de la producción se debe a mayores actividades de extracción en yacimientos existentes y a la construcción de nuevos», aseguró Eric Mathiesen, ingeniero jefe de recursos de esa agencia.

La demanda mundial de petróleo está encareciendo los precios y las compañías noruegas mantienen su estado de bonanza, pese al agotamiento de las reservas de crudo en el Mar del Norte y a los escasos hallazgos realizados hasta ahora en el Mar de Barents.

Noruega ha producido un tercio de sus recursos petrolíferos conocidos desde el inicio de la extracción en 1971, según un informe del Ministerio de Petróleo de 2006.

Así, el país se prepara para una época de vacas flacas, apartando el excedente procedente de las actividades petroleras en un fondo nacional que en marzo de este año alcanzó 193.000 millones euros.

El Gobierno noruego pretende multiplicar esos ingresos aumentando las exportaciones de gas natural hasta 100.000 millones de metros cúbicos anuales en 2008, según un estudio realizado por la compañía de gas estatal Gassco.

Otro de los objetivos consiste en expandir la exploración de crudo en América del Sur y Central por parte de las compañías noruegas.

Ladillo kronika

de mexico a bolivia

La empresa, en cuanto que es socia de la compañía venezolana PDVSA y de la francesa Total en el proyecto Sincor, extrae crudo pesado en el cinturón del Orinoco, en el este de Venezuela, lugar que podría albergar hasta 235.000 millones de barriles de petróleo. El presidente de la compañía, Helge Lund, afirmó que Sincor doblará a corto plazo la producción diaria actual, situada en 200.000 barriles.

Las grandes petroleras escandinavas también están presentes en Brasil y en el Golfo de México. «Un cambio de régimen en Brasil permitió que compañías extranjeras entraran en algunos bloques y nosotros decidimos adquirir el yacimiento de crudo pesado Chinook de la canadiense EnCana», dijo Morten Ruud, vicepresidente de proyectos de Norsk Hydro.

Ruud aseguró que Hydro desea expandir las inversiones en Brasil, especialmente en la cuenca Campos, a 74 kilómetros de la costa del país, donde «podemos utilizar nuestra experiencia con yacimientos en aguas profundas». Está convencido de que la brasileña Petrobras apoyará proyectos comunes en el futuro, por lo que Hydro tiene previsto abrir oficinas este mismo año en Río de Janeiro.

La filial de Statoil en México se estableció en la capital de el país azteca en el año 2001 y desde entonces está estudiando, junto con la compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), las perspectivas que ofrece ese mercado.

Statoil e Hydro también están perforando pozos en el Golfo de México, cerca de la costa tejana de Estados Unidos. Allí, Statoil adquirió varios intereses de las gigantes compañías estadounidenses Chevron Corporation y ExxonMobil en 2003. «Nuestro primer objetivo es que ésta sea un área clave y producir más de 100.000 barriles de crudo diarios en 2012», indicó Lund.

Hydro siguió su ejemplo en 2005, al comprar por 1.900 millones de euros las participaciones de la empresa estadounidense Spinnaker.

Asimismo, está buscando petróleo en seis bloques ubicados en aguas cubanas, junto con la compañía hispano-argentina Repsol-YPF, la india OVL y la local Cubana de Petróleos.

En Bolivia, el Gobierno de Oslo ha ofrecido al presidente de ese país, Evo Morales, que ha puesto en marcha un un plan de nacionalización de recursos, ayuda para administrar los recursos minerales del país andino. Noruega pretende «educar» a los ejecutivos bolivianos, valiéndose de 35 años de experiencia en sus propias aguas, y quizás, al mismo tiempo, abrir una puerta a las petroleras. -