en una calle peatonal, que no tiene 20 metros de largo. Según las ordenanzas municipales, en dichas calles, al ser cerradas, los bares no deberían tener terrazas. Pero las hay. En su opinión, «es comprensible que haya terrazas porque el verano invita a ello, pero no que se prolonguen hasta las dos y tres de la madrugada». Ese es el problema, «el horario no se respeta y cierran a las tantas». Es por eso que los vecinos del inmueble tienen problemas para conciliar el sueño, con todo lo que ello acarrea, puesto que no pueden descansar todo lo necesario.

Otros ciudadanos que nos han contado su caso no viven en el centro, sino en un barrio en las afueras de Donostia. El problema no es tan gordo ni continuo, pero los vecinos no pueden más. Un disco-bar les quita el sueño. Y ya no es tanto la música sino la gente que aparece por allí. «Nos encontramos con gente que da miedo, y tememos que nos pase algo». Confiesan que no se mueve mucha gente por allí, pero «la que anda ya se sabe a lo que van y muchas veces hay jaleos».

Otros problemas en Donostia se refieren a los petardos y al estruendo provocado por los tubos de escape de las motocicletas. Otro apartado de la ordenanza municipal sobre el ci- vismo destaca que «queda prohibido hacer fuego y actividades pirotécnicas en la vía pública sin la preceptiva autorización municipal», y en otro artículo se indica que «queda prohibida la utilización en la vía pública de petardos o bengalas y cualquier instrumento o artilugio que proyecte cualquier tipo de objeto». Es más, está completamente prohibida la venta de estos artículos en la ciudad.

En cuanto a las motos, hace meses hubo una gran polémica respecto a este tema. Tema que ahora está mucho mas controlado por las autoridades. Pero sin duda, el tema que más debates suscita es el de los locales.

CONTAMINACIoN

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Aunque no lo parezca, el ruido también es un tipo de contaminación. El aire no sólo está contaminado por la polución, sino que también se ve afectado por la contaminación acústica, que altera las condiciones de sonido normales del medio ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede causar graves daños en la calidad de vida de las personas, si no es controlada.

El término contaminación acústica hace referencia al ruido (entendido como sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico, industrias, locales de ocio, etcétera), que produce efectos negativos sobre la salud física y mental de las personas.

Diversos estudios han detallado los efectos que el ruido produce en la población. Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido actúa sobre la frecuencia cardíaca, el sistema digestivo, el sistema respiratorio, la tensión arterial, el sistema nervioso central y en el sentido de la vista. También destacan la deficiencia auditiva, interferencias en la comunicación oral, trastornos de sueño y reposo, disminución del rendimiento laboral, incremento de la presión arterial... -

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DONOSTIA

Labaca se mudó hace cuatro años al edificio de la calle Camino y después de «numerosísimas» denuncias, tanto en las oficinas municipales como en la Policía Municipal, y de muchas mediciones de ruidos ­todas con resultados superiores a lo permitido por la ley­, interpuso en diciembre de 2005 una demanda contra el Consistorio.

La resolución ha sido favorable para ella y un varapalo para el Ayuntamiento. Según recoge el fallo judicial, «tan pronto detecte que alguna industria o local está incumpliendo la normativa vigente sobre transmisión de ruidos, es competencia irrenunciable del gobierno municipal imperdirlo». Por eso, el juez ha condenado al Consistorio donostiarra, porque «con su pasividad ante ilicitudes ulteriores se convirtieron en corresponsables de la vulneración».

Pero no todos los casos reciben semejante amparo. Juantxo Domínguez es el portavoz de la Red Ciudadana Contra el Ruido. Una red que opera en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. En esta asociación llevan numerosos casos de contaminación acústica. Según Domínguez, «no se hace caso hasta recibir numerosas denuncias». Muchos de los afectados por este tipo de polución, en cambio, se cansan de tanto insistir antes de lograr que se les tome en cuenta.

RED CIUDADANA

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Hartos de todo esto, los miembros de esta red han escrito un manifiesto que entregaron en el Ayuntamiento de Donostia en mayo de este mismo año. En él piden la aprobación por parte del Consistorio de una moción en la que se inste al Parlamento de Gasteiz a promulgar una ley sobre prevención de la contaminación acústica. La razón es que o no existen ordenanzas municipales o, si las hay, son diferentes en cada municipio o simplemente no se aplican. Es por eso que inciden en la necesidad de una ley que regule la emisión de ruidos en las localidades que se sume a las normativas municipales.

También le parece urgente a la Red que se constituya un observatorio permanente sobre la contaminación acústica, justificable por la magnitud del problema, con la participación de instituciones, colectivos y expertos en la materia.

Esta red ciudadana pide hacer respetar el derecho de los demás al silencio, a la tranquilidad y al descanso. Para ello, «sólo bastaría con que el Ayuntamiento hiciera cumplir las normas específicas en las ordenanzas actuales», aplicando si fuera necesario los recursos humanos y técnicos para su acatamiento. Recalcan que ya existe en Donostia una ordenanza municipal sobre el civismo, aprobada y puesta en vigor en 2004. En esta normativa, uno de sus artículos señala «que no está permitido provocar ruidos que perturben el descanso de los vecinos».

La ordenanza municipal sobre el civismo contempla un apartado de sanciones para quienes incumplan las normas con multas desde 50 hasta los 3.000 euros, en función de la gravedad. A su entender, no se hace lo suficiente para hacerla respetar.

MUCHOS AFECTADOS

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GARA ha podido conocer los casos de algunos afectados por la contaminación acústica, que sufren la problemática del ruido en sus propias carnes. Todos ellos describen ese padecimiento como «un estado de nervios y ansiedad permanentes».

Marian Zaldua vive encima de un bar, en el tercer piso, pero las vibraciones del sonido llegan hasta su casa. El establecimiento tiene licencia de café-teatro. Este tipo de licencia es la que permite tener abierto el local por más tiempo a las noches. En este caso, hasta la seis de la mañana. Pero según confirma la propia vecina, «ni cumplen el horario, ni cumplen el tema del ruido. Y menos en fiestas. El establecimiento debería cerrar, pero no lo hace en todo el día». El fin de semana la licencia se alarga dos horas, es decir, hasta las 8 de la mañana, pero lo mantienen abierto las veinticuatro horas.

Otro caso que hemos podido conocer se limita a unos meses del año, meses que se hacen eternos. Estos vecinos, que no quieren dar su identidad, porque están amenazados, viven en una calle peatonal, que no tiene 20 metros de largo. Según las ordenanzas municipales, en dichas calles, al ser cerradas, los bares no deberían tener terrazas. Pero las hay. En opinión de Maribel, “es compresinble que haya terrazas porque el verano invita a ello, pero no que se prolonguen hasta las 2 y tres de la madrugada”. Ése es el problema, «el horario no se respeta y cierran a las tantas». Es por eso que los vecinos del inmueble de Maribel tienen problemas para conciliar el sueño, con todo lo que ello acarrea, puesto que no pueden descansar todo lo necasrio.

Iñaki no vive en el centro, sino en un barrio en las afueras de Donostia. El problema no es tan gordo ni continuo, pero los vecinos no pueden más. Un disco-bar les quita el sueño. Y ya no es tanto la música, si no la gente que anda por allí. «Nos encontramos gente que da miedo, y tememos que nos pase algo». Iñaki confiesa que no se mueve mucha gente por allí, pero «los que andan ya se sabe a lo que van y muchas veces hay jaleos».

Otros problemas en Donostia han sido referidos a los petardos y al estruendo provocado por los tubos de escape de las motocicletas. Otro apartado de la ordenanza municipal sobre el Civismo destaca que «queda prohibido hacer fuego y actividades pirotécnicas en la vía pública sin la preceptiva autorización municipal», y en otro artículo se indica que «queda prohibda la utilización en la vía pública de petardos o bengalas y cualquier instrumento o artilugio que proyecte cualquier tipo de objeto». Es más, está completamente prohibida la vena de estos artículos en la ciudad.

En cuanto a las motos, hace meses hubo una gran polémica respecto a este tema. Tema que ahora está mucho mas controlado por las autoridades.

CONTAMINACIÓN

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El aire no sólo está contaminado por la polución, sino que también se ve afectado por la denominada contaminación acústica, que altera las condiciones de sonido normales del medio ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede cuasar grandes daños en la calidad de vida de las personas, si no es controlada.

El término contaminación acústica hace referencia al ruido (entendido como sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico, industrias, locales de ocio, etc), que produce efectos negativos sobre la salud auditiva física y mental de las personas.

Diversos estudios han detallado los efectos que el ruido produce en la población, destacando entre otros: deficiencias auditivas, interferencia en la comunicación oral, trastornos de sueño y reposo,disminución del rendimiento laboral o incremento de la presión arterial y aumento de la agresividad.

Según la Organización Mundial de la Salud, el ruido actúa sobre la frecuencia cardíaca, el sistema digestivo, el sistema respiratorio, la tensión arterial, el sistema nervioso central y el sentido de la vista.-

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DONOSTIA