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Gara > Idatzia > Jendartea 2006-08-21
Dieta refrescantepara el verano
No es lo mismo comer una ensalada en invierno o verano. Y es que con la llegada del calor, las necesidades de nuestro cuerpo cambian en base a la alimentación. Por todo esto, en esta época debemos poner especial atención a nuestra dieta y hacer hueco a aquellos alimentos refrescantes y nutritivos. Tres cocineros euskaldunes nos dan una idea para degustar algunos platos veraniegos.

Con la llegada del verano nuestras costumbres cotidianas cambian de un modo u otro. Los abrigos, botas y demás pasan al cajón de la esquina para dejar sitio a esas bermudas que tan a gusto llevamos en los días de calor. Al igual que con la ropa, también cambia nuestra alimentación. Y es que con el calor, se suele hacer frente con más ganas a una fresca ensalada.

Pero en estos meses de julio y agosto hay que tener más cuidado que nunca con la conservación de los alimentos, ya que suele ser habitual echarlos a perder por no haberlos tratado de forma adecuada. De la misma manera, puede ser perjudicial para la salud cualquier deterioro previo de los alimentos a ingerir. Helena Ribas, licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos en Barcelona, asegura que «debemos estar atentos con la comida para así evitar posibles intoxicaciones». A firma, a su vez, que «la estación de verano se caracteriza por aumentos de temperatura, humedad y cambios en los hábitos de la población ­comidas al aire libre...­. Todos estos factores afectan a los alimentos negativamente y, por ello, debemos tomar medidas excepcio- nales en esta época».

prevención

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Durante los meses de verano se suele registrar en el Estado español una media de doce mil intoxicaciones por alimentos en mal estado como conse- cuencia de las altas temperaturas, y éstas favorecen el desarrollo de microorganismos. Estas intoxicaciones suelen ser más graves en personas vulnerables, como niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con trastornos del sistema inmunológico.

Hay que tener muy en cuenta las pautas a seguir en base a la refrigeración y congelación de los alimentos. A la hora de comprar productos congelados, hay que dejar a un lado aquellos que presenten algún tipo de descongelación, total o parcial. Así, hay que llevarlos inmediatamente a su lugar de conservación para no romper la cadena de frío y asegurarse de que el establecimiento mantiene los productos que requieran una refrigeración continua en expositores o cámaras de refrigeración.

También hay que fijarse en que los productos congelados a comprar se en cuentren en expositores congeladores a una temperatura no superior a los -18ºC. Además, si en la etique- ta del producto se indica que éste debe ser almacenado a cuatro grados centígrados, debemos servir los ali- mentos a sus temperaturas adecuadas, lavar bien los alimen-tos y mantener la higiene en la cocina.

En épocas de calor nuestros cuerpos agradecen comidas ligeras y refrescantes. Suele ser bueno acudir a frutas y verduras de temporada, que contienen un elevado conteni-do de agua y demás nutrien- tes esenciales para nuestro organismo. Además de saciar nuestras necesidades, ayudan a mantener nuestra piel nutri- da e hidratada. Aunque mu- chas veces pensemos que lo ideal es comer menos en verano, no es así. Lo único que debemos cambiar es la dieta, ya que en esta época precisamos de mayor hidratación. Así, la adecuada aportación de liquidos es esencial para prevenir una deshidratación.

Para ello, además de beber mucha agua, es recomendable incluir en nuestra dieta ali- mentos como, sopas y cre- mas frías, zumos, ensaladas variadas y distintas hortalizas. Los probió- ticos son, junto a las frutas y verduras, los productos más consumidos durante el verano. La leche fermentada que da lu- gar al yogur contiene un gran número de cé- lulas bacterianas vivas y activas con efectos positivos sobre la salud.

El verano también suele afectar especialmente a los postres. Buscamos alimentos refrescantes como pueden ser las frutas y los helados. Estos últimos se han convertido en un nutritivo placer veraniego. Aunque no tengamos una buena percepción sobre ellos, se puede decir que el helado ha dejado de ser una golosina para convertirse en un complemento ideal de la dieta equilibrada. Aportan una buena dosis de calcio así como proteínas muy completas en cuanto a composición de aminoácidos esenciales.

Una buena alternativa también puede ser una buena macedonia de frutas tropicales, refrescante y nutritiva a la vez. Al igual, podemos plantearnos preparar distintos sorbetes, como pueden ser de manzana, de melocotón o de limón.

Elijamos el menú que elijamos, hay que tener en cuenta la estación en la que nos encontramos. Sobre todo en verano, debemos poner especial atención a nuestra dieta. Hay que hacer caso a los especialistas y beber mucha agua y liquidos para prevenir una deshidratación. Al mismo tiempo, debemos tener más cuidado que nunca en la cocina.-

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