La posible ubicación de la ciudad de la carne en término de Legarda parece haberse convertido en una disputa entre dos pueblos, Obanos y Legarda, cuando somos bastantes más los afectados. El polígono en el que se ubicaría está a menos de un kilómetro de Muruzabal y Uterga, y a un radio de 2-3 km. de otros pueblos como Puente la Reina.

Inicialmente estaba prevista su localización en el Valle de Elorz y se desestimó porque dificultaba el desarrollo del valle. ¿Qué nos diferencia de Elorz para que allí no se pueda instalar y aquí sí? El municipio más cercano en ese caso estaba a 1,5 km. del polígono y en nuestro valle está a poco más de quinientos metros. El desarrollo y la calidad de vida de nuestro valle están en juego.

No nos creemos que ofrezcan prestaciones en el polígono a cambio de nada si realmente no nos va a causar perjuicio. Se creen que pueden comprar nuestro apoyo con un polideportivo.

Muruzabal no se ha posicionado en ningún momento a favor de la ciudad de la Carne, que que- de claro. Nadie nos ha informado sobre el tema, ¿qué tipo de empresas vienen? ¿Qué olores y emisiones despiden? ¿Qué movimiento de camiones sufriríamos? ¿Qué van a hacer con los residuos cárnicos? Demasiadas dudas y una sola cosa clara, queremos un valle limpio.

Maite Fernández y 11 vecinos y vecinas más de Muruzabal

«Con animo de lucro»
Los años de participación en el movimiento asociativo y el voluntariado no te preparan para la miseria moral, hipocresía e intereses personales que terminan imponiéndose por encima de bonitas palabras y proyectos. Ante un mercado laboral salvaje, el puesto de liberado en una ONG o Asociación es una fácil y ten- tadora salida para licenciados sin escrúpulos. En junio de 2005 nació KAEB-NAI (Kultur Arteko Ekintza Berria-Nueva Acción Intercultural), en principio una «asociación sin animo de lucro», para sensibilizar a la población y con especial hincapié a la escolar, para la convivencia en una sociedad cada día más multicultural y multirracial. Desde un principio el presidente de KAEB-NAI ha instrumentalizado la buena fe y el trabajo de los voluntarios, concentrando en sus manos la gestión de la asociación, para lograr una financiación suficiente para garantizar el salario de una persona liberada (para sí mismo). Las motivaciones de este sujeto se han desvelado cuando el dinero público ha fluido a las arcas de KAEB-NAI; en abril del 2006 el Ayuntamiento de Irun contrató un proyecto de KAEB-NAI por la cuantía de 11.760 euros. El presidente de KAEB-NAI exigió que se le pagaran 8.800 euros, que según él se le debían por su trabajo. Esta pretensión es inaceptable porque las actividades de KAEB-NAI, el proyecto de Irun y todas sus actuaciones, se realizan gracias al trabajo voluntario y desinteresado de más de treinta personas. Entre el asco y la decepción, y tras abandonar KAEB-NAI, sólo que- remos dejar constancia de estos hechos.

Luisma Rubio, Luisma López y Mikel Cerezo