Los empresarios reducen el pago efectivo del Impuesto de Sociedades
En pleno debate sobre la reducción del Impuesto de Sociedades para las empresas, el «informe Anual Integrado de la Hacienda Vasca», referido a 2003, confirma que los empresarios pagan, cada vez menos, por sus negocios empresariales. Si en 2001, el tipo efectivo medio real fue del 24,25%, en 2003 bajó al 20,67%, muy lejos del 32,5% que era el tipo legal previsto por la haciendas forales. Los empresarios, por contra, ganan más y bajan los salarios.
BILBO
La brecha económica entre las rentas altas y bajas en Euskal Herria se agranda a pasos agigantados. Los beneficios empresariales, que hasta junio han aumentado un 33,9%, multiplican por ocho el incremento medio de los salarios de los trabajadores, que han crecido un 4,25% en ese mismo período.Los empresarios, al contrario de lo que parece por el ruido que están haciendo en estos últimos meses, cada vez pagan menos en el Impuesto de Sociedades, según constata el informe que edita el Organo de Coordinación Tributaria (OCT), «Informe Anual Integrado de la Hacienda Vasca», que detalla las diferentes fuentes de renta en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Un 15% menos
Los datos de la liquidación que las tres haciendas forales han realizado muestran que los empresarios pagaron en 2003, que es el último ejercicio del que se han ofrecido datos cerrados, un total de 1.036,9 millones, pero esa cantidad sólo supone un tipo medio efectivo del 20,67%, cuando deberían de haber tributado por un 32,5%. En el último trienio se ha demostrado que los empresarios casi han reducido las aportaciones a la haciendas en un 15%. En 2001, pagaron un tipo efectivo del 24,25%, pero dos años más tarde bajó 20,67%. Aesta reducción habría que añadir todo tipo de ayudas que tienen desde los organismos oficiales. En 2004, según los datos del informe integrado, las Haciendas forales dejaron de ingresar de los empresarios un total de 510,8 millones de gasto fiscal, es decir que se les perdonó. Es prácticamente la mitad de lo que pagaron un año antes. Esta situación se está produciendo en un momento en el que los beneficios económicos son tremendamente elevados y, como indican todos los expertos, ocurre en un momento histórico de plusvalías, nunca vistas después de mediados del siglo pasado. En este caso, el informe del Organo de Coordinación Tributaria muestra un tono optimista de cara a la llegada de ingresos tributarios desde las empresas porque, según indica, que «la recaudación en este apartado creció a ritmo constante hasta 1989 en que, tras un fuerte aumento, llegó a 261 millones, que no se superó hasta 1997, con 391 millones». En el período de 1989 a 1992 se mantuvo la recaudación por 240 millones y en 1993 «se produjo una fuerte caída, que fue aún mayor en 1994 y 1995, con peores resultados empresariales y aumento de los gastos fiscales del impuesto». Tras esa etapa negativa, el informe integrado de la Hacienda vasca indica que «la nueva situación económica empujó al alza los resultados y la recaudación desde 1996. En 2004, se ingresaron 987 millones». En el informe, por otro lado, se constata, una vez más, que cada vez más personas declaran unos ingresos inferiores y, al contrario, cada vez son más los nuevos ricos. La dualidad social es una realidad en Euskal Herria, lo que representa un grave problema para la sociedad vasca.
Millón de declaraciones
Según los datos oficiales, se presentaron un poco más de un millón de declaraciones del IRPF de 2003. De ellas, una de cada cinco, 210.335 en total, es decir el 20,7%, declaró unos ingresos inferiores a 6.010,12 euros de ingresos anuales. Otro 43,8%, 445.482 declaraciones, el más numeroso, declaró unos ingresos hasta los 18.030,36 euros. Mientras que 15.863 declaraciones, un 1,6% del total, afirma tener unos ingresos superiores a 66.111,33 euros. De éstos, casi la mitad ingresa unos salarios por encima de los 90.151,82 euros al año. Se produce la paradoja de que un 2,69% de las declaraciones con ingresos más elevados controla el 15,09% de renta total que se declara, mientras que el grupo más numeroso de los 6.010,12 euros a los 18.030,36 euros, cantidad que se encuentra por debajo de la media salarial vasca, controla el 30,53% de la renta. La desigualdad es tremenda. En este sentido, como en repetidas ocasiones han señalado los agentes sociales y sindicales, el 80,56% de la fuente de renta tiene su origen en el trabajo, ya que las actividades económicas sólo aportan el 8,12%. En este tema se produce, una vez más, otra importante diferenciación, ya que las rentas de trabajo declararon unos ingresos medios anuales de 18.315, 26 euros, mientras que las actividades económicas y empresariales declararon 11.726,67 euros, es decir un trabajador dijo percibir un salario de 6.588 euros más que un empresario. Este hecho demuestra, por otro lado, el nivel de fraude fiscal que existe. La desigualdad no queda ahí, puesto que resulta que las rentas más elevadas son las que se benefician más de las deducciones y del apoyo por parte de la Administración pública, porque el 1,6% de las rentas más altas lograron deducciones en el pago de impuestos por el 17%. Una situación injusta, que se repite todos los años y a la que, sin embargo, no se pone fin. De hecho, la presión que están ejerciendo los empresarios sobre la administración pública está provocando un debate para que se les reduzcan los impuestos, a pesar de que están consiguiendo ayudas para la contratación de trabajadores y reducciones en las cotizaciones sociales.
Umbral de pobreza
Esta situación se está viviendo en un momento en el que se calcula que una parte muy importante de la población vasca vive con unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza.En este caso, el movimiento social Elkartzen presentó este año un estudio en el que confirma que en Euskal Herria cerca de 900.000 personas viven con ingresos inferiores al umbral de la pobreza, que se establece por los organismos internacionales como la OCDEen el 50% de la renta media disponible de un territorio, lo que corresponde a 804 euros, un 60% más que el salario mínimo interprofesional actual. Al final, como conclusión, se deduce que la presión fiscal en el conjunto de Euskal Herria se está reduciendo para las rentas empresariales, sin embargo los trabajadores siguen soportando los mayores niveles de tributación, a pesar de tener ingresos salariales inferiores.
Aumenta un 33,9% el beneficio empresarial
J. BASTERRA
BILBO
El último informe del Banco de España referido a los resultados económicos de las empresas no financieras, referido al segundo trimestre de 2006, indica que el beneficio neto sobre la capacidad productiva aumentó un 33,9%. Como conclusión, destaca que «se ha producido un crecimiento notable de la actividad, que se ha traducido en una continuidad de los procesos de creación de empleo, generación de excedentes y elevadas rentabilidades, a lo que se ha unido una intensificación de la inversión empresarial». Según la Central de Balances, a la positiva evolución de la actividad, que ha tenido una traslación en el resultado económico, «han contribuido todos los sectores analizados». No obstante, el Banco de España destaca el Comercio, que siguió mostrando un crecimiento sólido de sus excedentes de explotación, y la Industria, que registró en el primer semestre de este año el mayor incremento de su actividad productiva en los últimos ses años, al verse beneficiada por el vigor de la inversión en bienes de equipo y por el comportamiento dinámico de las exportaciones». Según desglosa el informe oficial, el crecimiento notable de la actividad productiva se cimenta en «el mantenimiento del fuerte ritmo de las compras y ventas». En el apartado de los gastos de personal, el informe oficial reconoce que aumentaron un 5,1%, aunque los incrementos salariales por trabajador no superaron el aumento del 3,1%, tan sólo dos décimas por encima de la media que se produjo en el mismo período del año pasado. Esto demuestra, a juicio del Banco de España, que el fortalecimiento de las empresas sigue siendo «sólido» y, sin embargo, «no se retrae» debido, sobre todo, a la expansión de las empresas.
Formación y empleo están totalmente ligados. La cualificación profesional es importante para acceder al mercado de trabajo pero no lo es menos en el caso de los trabajadores y trabajadoras que están en activo. La formación continua supone la posibilidad de permanencia en el empleo, de mejora de las condiciones laborales y es una herramienta fundamental (aunque no la única) a la hora de poder defender la salud y seguridad en el trabajo. La cualificación de los trabajadores supone invertir en el capital humano del mercado de trabajo que es el recurso más importante. Por eso, en CCOO consideramos imprescindible unir la formación al empleo. Y, por eso, como sindicato tenemos la responsabilidad de extender el acceso a la formación al conjunto de los trabajadores; especialmente a aquellos que están en peores condiciones; debemos conseguir que ésta se realice dentro de la jornada laboral, que se establezcan medidas de conciliación para lograr que las mujeres participen también de ella, así como de las personas en situación de precariedad. En definitiva, la formación debe ser un derecho garantizado al conjunto de la clase trabajadora. Pero además, debemos ligarlo a la negociación colectiva, para aumentar la capacidad de decisión y de participación de los trabajadores y trabajadoras en el diseño y la elaboración de esa formación; no podemos dejarlo sólo en manos del empresario. Hobetuz nació para hablar de todos estos temas. Pero en Hobetuz no hablamos de formación. El Acuerdo Vasco para la Formación Continua se firma en 1995 y cualquier parecido entre lo que decía aquel texto con la realidad de lo que Hobetuz ha ido desarrollando es pura coincidencia. Hay organizaciones que han querido modificar y cambiar el acuerdo sin denunciarlo y erigiéndose máximos defensores de él pero bloqueando en Hobetuz la posibilidad de avance y desarrollo de políticas de formación. ELA y LAB quieren que la formación la desarrolle el Gobierno Vasco y las empresas sin hablar de la participación de los trabajadores y trabajadoras, no sabemos con qué oscuros intereses. Es cierto que Hobetuz tiene un problema de financiación; pero esto ocurre desde su inicio, porque la financiación nunca ha tenido un carácter estable; siempre se ha basado en acuerdos entre partidos políticos (PNV-PP). Desgraciadamente, a día de hoy ese no es el único problema. Desde 2003, Hobetuz como tal no ha sacado convocatorias, lo ha hecho el propio Gobierno Vasco; en 2004 y 2005 se han devuelto fondos de los destinados a acciones formativas. Y en 2005 se ha tensado tanto la cuerda que se ha roto. Algunos, en lugar de hablar de sus propias propuestas, esas que nadie conoce, sólo saben argumentar sobre sospechas de financiación irregular por parte de otros. Argumentos que ya huelen y que son totalmente falsos. Pero además es que en los últimos dos años han salido las convocatorias del Gobierno con la abstención de patronal y sindicatos sin que los agentes sociales tuviéramos la posibilidad de gestionar nada. Por lo tanto este argumento no vale. Si tenemos modelos de formación diferentes,discutámoslos. Si todos estamos dispuestos a escucharnos y a hacer concesiones en algunos de nuestros planteamientos seguro que llegamos a acuerdos; eso se llama cultura democrática. Lo que sucede en Hobetuz no es diferente a lo que sucede en el CRL, CES y otros órganos de participación sociolaboral, donde desde la prepotencia, el uso constante de la mentira y la imposición se pretende establecer relaciones bilaterales y excluyentes al margen del diálogo y la concertación. Y digo yo, alguna responsabilidad tendrá el Gobierno Vasco, que ha permitido, y en algunos casos aplaudido, esta forma de actuación. Y alguna responsabilidad tendrá o tendrán ELA y LAB, que han ejercido su mayoría para bloquear todas las iniciativas que hayan podido surgir. Eso sí, pueden seguir echando balones fuera. - Hay recursos económicos, pero no para lo
trabajadores
En el actual contexto de fortalecimiento de la actividad económica, los empresarios mantienen su máxima para reclamar a los trabajadores que no eleven sus pretensiones salariales. Sin embargo, los datos están demostrando que existe una elevada disponibilidad de recursos económicos que no se destinan a las mejoras en la contratación laboral ni en los salarios, sino que van directamente al negocio en la bolsa. De hecho, el balance mensual de setiembre de B0lsas y Mercados Españoles indica que en el mes pasado se negociaron 102.192 millones de euros que «fue la cifra más alta de la historia». Los datos acumulados del negocio bursátil indican que en nueve meses se ha invertido 797.682 millones, un 25% más. -
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