La reforma fiscal anunciada por las diputaciones vascas reafirma que el IRPF es el impuesto que beneficia a los ciudadanos con mayor poder adquisitivo. En una economía como la nuestra, en la que seguimos manteniendo un tremendo diferencial en cuanto a gasto social se refiere, nuestras instituciones, de acuerdo con el Gobierno vasco, han decidido hacernos el regalo de una rebaja fiscal.

Es evidente que la estrategia de las diputaciones vascas es llevarnos a un sistema tributario cada vez menos progresivo, La primera vía para conseguirlo es ir disminuyendo el peso de los impuestos directos, los únicos que tienen capacidad para distinguir entre contribuyentes y gravarles en función de su capacidad económica.

El peso del IRPF en la recaudación total es cada vez menor desde 1995. Y cada vez que repunta (por la inflación), se acomete una reforma que rebaje la recaudación, dando cada vez más importancia a los impuestos indirectos, básicamente el IVA, que grava el consumo a todos por igual, sin distinguir entre contribuyentes ni entre niveles de renta.

A UGT le preocupa que con esta reforma no se puedan mantener los servicios públicos como la sanidad, la educación pública, recursos para financiar la ley de dependen- cia... o el acceso a la vivienda por buena parte de los ciudadanos. ¿A quién beneficia realmente la desgravación en la vivienda? ¿A los ciudadanos o a los promotores inmobiliarios? ¿Se garantiza con estas políticas de vivienda un alquiler social? ¿Tienen los jóvenes alguna posibilidad de acceder a una vivienda? ¿Es necesario seguir construyendo viviendas cuando hay tantas vacías?

El problema es que con el sistema fiscal que nos imponen se detraen importantes recursos para políticas sociales, se incide en la vivienda en propiedad a cualquier precio y en la segunda o tercera residencia, todo ello acompañado de un beneficio empresarial importante y un sospechoso margen para la especulación. Y no compartimos otra medida que se ha tomado: la eliminación de la renta imputada sobre las viviendas que se encuentren sin uso.

A pesar de que el Gobierno vasco fomenta la salida al mercado de alquiler de las viviendas vacías y que las diputaciones ofrecen desgravaciones a los arrendadores, además de haber permitido que sus rentas también tributen a ese tipo único del 18% en vez de a la tarifa progresiva, es evidente que el gravamen sobre esa renta imputada del 2% del valor catastral, aunque escaso, también es desincentivador de las viviendas vacías.

La exención condicionada de las pensiones de invalidez también ha cambiado. Hasta ahora, las pensiones por invalidez permanente total estaban exentas de tributación siempre que el pensionista no tuviese otros ingresos por trabajo o por actividades económicas superiores a 3.000 euros. Con la reforma pasan a estar exentas sólo las pensiones por invalidez total cobradas por pensionistas mayores de 55 años, independientemente del resto de sus rentas.

Este criterio de la edad no tiene en cuenta el hecho de que en Euskadi existen 12.549 pensionistas menores de 55 años, por incapacidad permanente total, con una pensión media de 616 euros y 10.109 pensionistas mayores de 55 años con una pensión media de 1.029 euros.

Otro dato a destacar es la deducción de la defensa jurídica del trabajador frente a su empleador, que hasta ahora se podían deducir hasta un máximo de 300 euros, siempre y cuando la sentencia diera la razón al trabajador. De un plumazo, se ha eliminado esta deducción. el hecho es que mientras un autónomo o empresa- rio demandando por el impago de un cliente podría desgravar el gasto, un asalariado no.

Los trabajadores/as se convierten, más que nunca, en los pagadores del IRPF.

Recordamos que seguimos sin tener impuesto de sociedades, en suspenso porque los políticos solo se preocupan de su defensa jurídica, en un momento en el que los beneficios empresariales suben de forma desorbitada, mientras miles de trabajadores no tienen actualizados sus convenios y crecen los salarios de mera supervivencia.

Por ello, UGT considera prioritario establecer un dialogo social, exigiendo a las fuerzas progresistas un debate social sobre la rebaja fiscal, para encarar los problemas de la sociedad y dar un cambio social a esta reforma fiscal.

Nosotros estamos dispuestos ¿hay alguien más que quiera hacer frente a la derecha económica de este país? -