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Gara > Idatzia > Ekonomia 2007-01-22
SALUD LABORAL
El cáncer profesional aumenta en contacto con productos químicos
Alrededor de unos diez millones de trabajadores de los estados francés y español están expuestos a productos químicos cancerígenos. Esa situación provoca una mortalidad elevada, cada vez más preocupante. Entre el 4% y el 8,5% de los cánceres que se reconocen en el Estado francés tienen origen profesional. En el Estado español mueren unos 5.000 ex trabajadores al año por esta causa.

Un inventariado de los agentes químicos tóxicos y peligrosos que se utilizaron en la industria en el Estado francés en 2005, realizado por Raymond Vincent, del instituto de seguridad y salud laboral INRS, desvela que se emplearon 4,8 millones de toneladas de esos productos y señala que 500.000 empleados estuvieron expuestos de forma directa a esas sustancias tóxicas. Esos agentes corresponden a una lista de 324 productos, aunque diez de ellos superaron las 100.000 toneladas. El informe destaca la producción de 715.000 toneladas de benceno, un producto altamente tóxico y cancerígeno.

Vincent explicó, sin embargo, que cree que los trabajadores en contacto con ese riesgo químico «superan esa cantidad», pero que sólo se recogieron aquellos que directamente manipularon ese tipo de productos para los sectores químico, farmacéutico y textil. De hecho, otros estudios contabilizan alrededor de 2,7 millones de empleados los que, entre 2002 y 2003, manipularon productos tóxicos y se calcula que de uno a cinco millones de trabajadores estarían expuestos de forma directa a los agentes cancerígenos en sus puestos de trabajo.

La exposición continuada a esos agentes químicos peligrosos sin las medidas de prevención adecuadas conlleva la aparición de cáncer en un porcentaje muy elevado. Existen pocos estudios realizados en profundidad. De hecho, un informe del INRS francés recuerda que entre un 4% y un 8,5% de los cánceres que se reconocen en el Estado francés tienen origen profesional.

En el Estado español, el doctor Manolis Kogevinas, del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, explica que el 25,4% de la población ocupada estuvo expuesta a algún agente químico peligroso en 2004.

Ocho mil afectados al año

Este médico estima que en 2002 se produjeron entre dos mil y quince mil nuevos casos de cáncer laboral y entre dos mil y nueve mil muertes por esta enfermedad, lo que muestra «una mediana de 8.000 nuevos casos anuales de cáncer profesional» y cerca de 5.000 muertes por esa causa. Este especialista médico se queja, no obstante, de la falta de datos concretos sobre la producción química y el efecto directo sobre la salud de los trabajadores y de las personas en general.

La gravedad del problema se recoge en el último informe sobre la mortalidad por cáncer, que data de 2003. Según el Ministerio español de Sanidad y Consumo, en ese año produjo 94.100 defunciones, 59.500 hombres y 34.600 mujeres. «El cáncer mata anualmente a tres de cada mil varones y a 1,7 de cada mil mujeres», señala. El cáncer de pulmón, el colorrectal y de próstata superan los 5.000 fallecidos al año entre los hombres y, aunque no se especifica la vinculación directa con el trabajo, ésta existe. «La mayor mortalidad por cáncer en hombres se observa ­según esos datos­ en Asturias y el País Vasco con tasas ajustadas superiores a los 280 casos por 100.000 personas y año».

El instituto francés reconoce la gravedad de los efectos de la producción química para la salud de los trabajadores. Por eso advierte de la necesidad de llevar adelante controles esenciales en los centros de trabajo para frenar su impacto.

Existe ya una suficiente evidencia científica que muestra que los agentes físicos (radiaciones ionizantes, radiación solar); el polvo y las fibras (amianto, polvo de la madera, sílice cristalina y talco); los metales (arsénico, berilio, cadmio, cromo y níquel), los disolventes (benceno, tetracloroetileno, tricloroetileno y formalheído); y los derivados del petróleo (aceites minerales, fluidos de corte, hidrocarburos aromáticos policíclicos, alquitranes y humos de motores diesel); y, entre otros, los pesticidas (óxido de etileno, captafol y TCDD) provocan cáncer profesional.

En los centros en los que se trabaja en contacto con esos productos se tiene que aplicar un protocolo, que parte de la realización de evaluaciones de riesgos por cáncer periódicas, que supongan un control real de cada puesto.

También se considera «aboslutamente necesario» la sustitución de esos productos que entrañan elevados riesgos para la salud de los trabajadores por otros «menos peligrosos».

Se contempla, además, la adopción de las medidas de protección colectiva para reducir el impacto. Para ello, son necesarios elementos de protección individual para los trabajadores, pero también deben contar con zonas de trabajo absolutamente ventiladas para evitar niveles de inhalación de concentraciones altas. -

BILBO



Un peligro que se extiende en la UE
Los casos de cáncer en la UE se extienden, según los datos aportados por Manolis Kogevinas, responsable del estudio sobre sus efectos. Lo primero que se debe tener en cuenta es que para la mayoría de productos catalogados como cancerígenos no existe un valor límite de exposición por debajo del cual se pueda asegurar que no hay riesgo. La propia exposición a ese producto aumenta la probabilidad de desarrollar un tumor maligno.

El estudio constata que en el Estado francés se producen al año en torno a los 10.000 cánceres profesionales, de los que un 9% se reconocen como enfermedad profesional.

En Gran Bretaña se sitúa en 9.700 casos y el 8,34% se considera como enfermedad profesional. En Alemania se registra el mayor número de afectados, 14.700 trabajadores al año, de los que un 12,85% tienen reconocida la contingencia profesional. En Bélgica son 1.850 casos al año, un 8% profesional. En Estado español son un 8.000 casos, pero el reconocimiento no llega a un 1%.


 
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