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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Malditos videojuegos

Está visto que no hay que ir a territorio Tea Party, ni buscar a un miembro pirado de la Asociación Nacional del Rifle para defender que en EEUU hasta los mapaches puedan tener armas. Ultras los hay en todos los sitios, y a la vuelta de la esquina tenemos, cómo no, a Pascual Tamburri, quien en su última ocurrencia en «Elsemanaldigital» asegura que la culpa de la matanza de Newtown fue... ¡de los videojuegos!. Un crack el profesor.

Para comenzar, Tamburri se queja porque «aún estaban enterrando a los niños de la escuela `Sandy Hook', de Newtown, Connecticut, a los que mató antes de suicidarse un chico de 20 años, Adam Lanza, y ya habían decidido que la versión políticamente correcta de lo sucedido pasaba más por la abundancia de armas que por el trastorno mental de Adam, o que por cualquier otra cosa». Bueno, algo tendrá que ver que el chaval en cuestión tuviera un rifle de asalto y dos pistolas... Luego, intentando ser sarcástico, apunta que «desde luego, ante semejante eficacia mundial yo de mayor quiero ser periodista progre». Con que fuera cualquier otra cosa, nos conformaríamos.

Tamburri expone a continuación su tesis: «Adam era, para empezar, autista; Adam tenía, para continuar, una relación patológica con su propia madre, a la vez causa y efecto de sus carencias afectivas. Y el muchacho era, no en último lugar, un aficionado patológico a determinados videojuegos, también violentos, en torno a los cuales había construido su propia realidad imaginada, a la que prestaba más atención que a la del mundo real». Ya, pero todo eso sin un puñado de armas no acaba con la vida de casi treinta personas. Según el columnista, «la legislación de armas no impide que haya individuos con problemas, y que, por ejemplo, nadie obliga a nadie a comprar y portar armas. En eso los norteamericanos son, sencillamente, más libres que nosotros. Y no estamos más seguros, puesto que cuando aquí un loco o un criminal, que los tenemos y abundantes, ha querido un arma... la ha conseguido con o sin leyes de por medio». Pues será casualidad que en EEUU pasen estas cosas a menudo y en el resto del mundo no. Y para acabar, la pirueta: «Si como resultado de la acción de Adam se pudiesen restringir las armas, con más razón habría que restringir los videojuegos». Y esto lo escribe un profesor de instituto.

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