MADRID
El Gobierno español decidió ayer aumentar los controles, tanto en las costas españolas como en las mauritanas, para intentar frenar la llegada masiva de ciudadanos africanos a las islas Canarias.
El incremento del flujo de cayucos pesqueros mauritanos que se está registrando estos días ha encendido la alarma de las autoridades españolas. El Gobierno del PSOE convocó ayer a una reunión a los ministros de Interior, Trabajo y Asuntos Sociales y Exteriores, y al secretario de Estado de Defensa, para tomar medidas urgentes.
El Gobierno acordó ofrecer a las autoridades de Mauritania patrulleras para que vigile sus costas y ayuda económica para establecer centros de acogida para los cientos de inmigrantes procedentes de países como Malí, Senegal y Angola, que se embarcar en Mauritania hacia Canarias. Varios delegados del Gobierno viajarán hoy al país africano para presentar su oferta a las autoridades.
El Gobierno español utilizó la misma estrategia de «cooperación» con Marruecos, hasta hace poco punto de partida de la mayoría de las pateras que intentaban llegar a Canarias. Sin embargo, en vez de solucionar el problema, desplazó el punto de partida hacia el sur, lo que dificulta el viaje y aumenta la probabilidad de naufragar. Pese a ello, no parece que estos obstáculos consigan desalentar a los miles de personas dispuestas a jugarse la vida por llegar a Europa.
Asimismo, Madrid reforzará la vigilancia costera en las islas Canarias y anunció que utilizarán las dependencias militares para alojar provisionalmente a los inmigrantes que vayan llegando. Las autoridades canarias se quejan de que los centros de acogida están repletos, por lo que a menudo los ciudadanos detenidos cuando intentan llegar a tierra están en condiciones de hacinamiento. A eso se suman las condiciones «infrahumanas», según calificó Cruz Roja española, que han sufirdo durante el viaje, lo que hace mella en su salud.
El Gobierno español quiso implicar a las instituciones europeas y a través de su ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, pidió ayuda a Bruselas. La Comisión Europea decidió enviar a un experto a Mauritania, que viajará junto con la delegación española, para que evalúe la situación de los inmigrantes que se concentran en sus costas a la espera de recabar el dinero necesario para iniciar el viaje a Canarias. La Comisión, no obstante, advirtió de que no le corresponde «dar ayuda inmediata y concreta», y recordó que su papel se centra en «luchar contra las raíces de los movimientos migratorios».