LA PAZ
Evo Morales sugirió ayer que Estados Unidos envía «terroristas» a su país, al aludir a la detención de un estadounidense acusado de dos atentados con bomba que dejaron dos muertos y ocho heridos en La Paz.
«¿Hay lucha contra el terrorismo del Gobierno de EEUU o nos manda a norteamericanos a hacer terrorismo en Bolivia?», preguntó el mandatario boliviano en la ciudad de Santa Cruz. Morales solicitó «públicamente» a las autoridades de Washington «que no vengan terroristas a Bolivia a matar a inocentes, a atentar en los hoteles, como han hecho ayer».
Según el presidente boliviano, tras analizar con su gabinete de ministros y sus colaboradores lo sucedido, llegó a la conclusión de que los atentados pretenden «amedrentar, crear zozobra, decir que el Gobierno de Evo Morales no sabe controlar» su país.
Como posibles responsables intelectuales de las deflagraciones, el líder indígena acusó a «empresarios que no practican solidaridad» y a «algunos grupos oligárquicos» que usan «agentes externos» para evitar los cambios que se avecinan.
Por su parte, el vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, calificó los atentados de «preocupantes pero aislados, que no afectarán a la estabilidad del país y del Gobierno».
El fiscal de La Paz, Jorge Gutiérrez, confirmó el arresto de los dos sospechosos. Las autoridades indicaron que el estadounidense es Claudio Lestat, en tanto que la uruguaya es Alda Ribeiros.
Según publicaron ayer medios de prensa bolivianos, el estadounidense tiene antecedentes penales por «terrorismo» en Argentina y otros países.
La primera deflagración causó la muerte de dos personas alojadas en el hotel Linares seriamente dañado, en pleno centro de la ciudad, y heridas a cuatro más, entre huéspedes y transeúntes.
En el caso del segundo atentado, un empleado del hotel Riosinho advirtió a la Policía que olió que algo sospechoso se quemaba en el segundo piso, por lo que, antes de la detonación, se pudo desalojar a 19 huéspedes. Las ocho plantas del hotel quedaron destruidas.
Según la Policía, el explosivo utilizado por los autores de los atentados podría ser C-4.
LA PAZ La multinacional petrolera española Repsol anunció ayer que su presidente en Bolivia, el español Julio Gavito, ha presentado su dimisión porque consisdera «infundada» la acusación de contrabando de petróleo.
La Aduana Nacional boliviana envió en febrero a la Fiscalía de Santa Cruz, la ciudad donde se encuentra la sede de Repsol y de su filial Andina, sus investigaciones sobre el caso señalando que Andina cometió contrabando con 230.400 barriles de petróleo, y falsificó documentos para justificarlo.
La Fiscalía de Santa Cruz no quiso entrar a valorar la dimisión de Gavito y anunció la posibilidad de volver a citar a los seis directivos de la petrolera que han comparecido en los últimos días.
Ayer compareció ante la Fiscalía un directivo de Repsol, Daniel Bustos, que quedó en libertad.