ALAVES 1
CELTA 0
GASTEIZ
El Deportivo Alavés dio ayer un paso de gigante en su lucha por la permanencia al conseguir un triunfo tan trabajado como importante ayer ante un Celta que tuvo mucha posesión de balón pero que careció de pegada. Contrariamente a lo que venía siendo un peligroso ritual, el equipo de Piterman supo sufrir para asestar la puñalada certera en la fase final del partido, lo que le sirve para ver el futuro con mucho más optimismo. Alavés y Celta dispusieron dos formas antagónicas de acercarse al marco contrario. Los celtiñas, con Canobbio recuperado y en el once inicial, monopolizaron la posesión del balón a base de un juego horizontal al que le faltó verticalidad para crear más problemas a Bonano. Sus mejores opciones llegaron en un primer cuarto de hora en el que acaparó el esférico, pero a De Ridder en un par de incursiones por la derecha y a Baiano en un disparo lejano y un remate colocado a la escuadra, les faltó algo de fuerza y puntería y obligaron a lucirse a Roberto Bonano.
Jugar en casa y con la imperiosa necesidad de ganar no influyó en un Alavés que cedió la iniciativa al Celta pero que tuvo tantas o más opciones de adelantarse en el marcador con un juego mucho más vertical. Las novedades anunciadas por Piterman al final no fueron tantas y el principal cambio fue la entrada de Georgiev en la derecha, amén de prescindir de Astudillo en el pivote.
Tras un cuarto de hora de correr sin demasiada intensidad por detrás del balón, el Alavés dispuso de su mejor opción en la primera mitad en una falta botada desde la derecha en la que Bodipo remató en el segundo poste y Pinto sacó el balón in extremis, cuando el público ya cantaba el 1-0. Inmediatamante después, Nené volvió a obligar a lucirse al meta gallego en cuatro minutos en los que el Alavés embotelló al equipo de Fernando Vázquez en su área.
La cantidad de ocasiones descendió mucho, con un Celta dominando y el Alavés intentando cazar la contra que apunto estuvo de lograr en el último minuto de la primera mitad, en un cabezazo de Aloisi al que respondió magníficamente Pinto.
El partido volvió a repartir alternativas en la segunda mitad. El Alavés encontró una buena vía de penetración por la derecha con Edu Alonso, pero fue el Celta el que tuvo la primera opción clara, en un remate de Baiano al palo, volviendo a demostrar el idilio de Bonano con los palos de Mendizorrotza.
Fernando Vázquez trató de cambiar la inercia pasando a jugar con tres centrales, dos carrileros y centrando la posición de un Silva que, por detrás de Baiano, fue una auténtica pesadilla para la zaga local. El Alavés acusó el golpe durante unos cuantos minutos, pero el Celta seguía pagando cara su falta de verticalidad.
Tuvo que ser de nuevo Edu Alonso, después de que la salida de Astudillo equilibrara la balanza en la medular, el que rompiera el cerco al área albiazul con dos internadas por banda que sirvieron para que el Alavés tomara aire para el último tramo del partido en el que el Alavés salió victorioso.
La salida de Jandro volvió a ejercer de revulsivo y Nené, que previamente había mandado una falta al palo, forzó la máquina en banda izquierda, provocando un penalti que resultó definitivo, tras la transformación de Aloisi que hizo que Mendizorrotza estallara de júbilo y tranquilidad.
ENTRESAKA_DATOA