José Francisco Domingo Ormaetxea - Afiliado al EAJ-PNV (Argentina)
El día después
Hemos recibido los vascos de la Diáspora con mucha
ilusión el comunicado de ETA, después de 40 años, sin embargo, he visto con pena
como lo han tomado desde la dirigencia de algunos sectores políticos españoles:
«con pinzas». Aparentemente, que siga la lucha armada les conviene más
políticamente, porque de esta forma tienen letra para seguir en posición
negativa con la causa vasca.
A usted, Sr. Zapatero, como presidente del Gobierno, le
corresponde la oportunidad histórica de ponerle fin a este conflicto y entrar
por la puerta grande a la historia española, que por cierto ha sido muy negra en
toda su existencia, con mucha sangre en las manos de todos sus reyes y
gobernantes. Pienso que el Rey Don Juan Carlos también va a tener que jugar su
papel, ya que tiene una deuda moral con su padre Don Juan de Borbón, cuando hizo
pública la renuncia a sus derechos dinásticos, le dijo: «Hijo, atiende ese
asunto, porque de él depende el patrimonio familiar», es de suponer que se
refería a la Corona. Porque Don Juan siempre creyó que había que respetar las
aspiraciones de vascos y catalanes, por necesidad de supervivencia.
Se está especulando ya si hay que tener cuidado con la
propuesta de ETA, todos cuentan aquí lo primero: no se tiene de hablar de
vencedores ni de vencidos, tiene que haber voluntad de hacer las cosas por los
carriles de la justicia y democracia.
Sr. Zapatero, están muy presente los últimos 200 años de
historia; en la 1º Guerra Carlista, los vascos entregamos las armas, bajo el
engaño de que se respetarían nuestros Fueros, perdimos la mitad de ellos, y en
1876 volvimos a entregar las armas, y ahí nos quitaron los Fueros, la libertad y
se quedaron con nuestro país. En este proceso, si usted quiere realmente la paz,
lo primero que tiene que hacer es retirar toda la Guardia Civil del territorio
vasco, de esa forma elimina el 50% del problema. Lo segundo es acercar todos los
presos, que están dispersados en cárceles de toda España. Entonces, se podrán
sentar a la mesa de negociaciones, y solucionar la autodeterminación del Pueblo
Vasco, y si no, que sea el Pueblo Vasco quien lo decida en un Referéndum, que es
lo que corresponde.
En lo que respecta a la Justicia, estamos como en la
época de la Inquisición, con esos jueces mediáticos, primero el Sr. Garzón,
ahora su sucesor Grande-Marlaska, que por las persecuciones y las condenas
absurdas va a terminar cercando el País Vasco con alambre de púa. Grave error,
Sr. Grande- Marlaska, no se puede considerar delincuente a quien no piense
igual, no se pueden criminalizar las ideas. Los vascos amamos profundamente la
libertad, no puede prohibir o matar ese sentimiento. Por si usted no lo sabía,
le cuento que en Bilbao, el 13 de agosto de 1895, en la causa criminal contra
Sabino de Arana y Goiri, el magistrado era Don Adolfo Grande, el terrible crimen
cometido por Sabino fue que con motivo de la inauguración el día 14 de julio de
1894 del Euzkeldun Batzokija (PNV), el día siguiente, día domingo, se realizó el
festejo con txistus, piano, y albokas, como es de suponer para «cantar». En el
cuarto piso, aparentemente, había una mujer enferma, el hijo que había sido
teniente alcalde de Bilbao, se molestó y en vez de bajar a pedir silencio, hizo
una denuncia policial por ruidos molestos, y ahí comenzó un largo proceso
judicial que terminó con Sabino condenado y purgando un castigo de meses
encarcelado. Muy bien por Don Adolfo Grande, de quien parece usted Sr.
Grande-Marlaska haber heredado no sólo su apellido, sino también los criterios
para impartir justicia. Es de destacar la forma en que surge la primer fuerza
nacionalista y se inaugura el primer batzoki, a los palos, como sucede ahora con
otras formaciones.
Desde la Diáspora, esperamos que se llamen a reflexionar
e impartan justicia como corresponde, en forma equitativa, imparcial y aplicando
los principios del derecho internacional vigente. Desde aquí los estamos
mirando. -
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