GETAFE 2
REAL SOCIEDAD 1
DONOSTIA
La Real no para de cambiar y cuanto más se cambia más se empeora en una línea que le conduce peligrosamente a la Segunda División. José Mari Bakero, al que nunca le vale lo que encuentra, optó por un cambio radical en el esquema de juego a pesar de que sólo tenía un entrenamiento para ensayarlo con sus jugadores y lejos de mejorar se empeoró.El principal problema de toda la temporada es el defensivo y si todos los rivales implicados en la zona baja tienen claro donde están y lo que deben hacer y construyen sus equipos a partir de intentar ser más sólidos y reciben muy pocos goles, la Real no sabe a qué juega y es incapaz de encontrar ese camino. Y sigue fiel a la media de dos por partido que le va a mandar a Segunda irremediablemente si no cambia esta tendencia rápidamente. Y no parece fácil porque Bakero, en lugar de alinear a aquellos que den fuerza al aspecto defensivo, apuesta por los que denominó antes del partido como jugadores de calidad, entendidos como tales los cinco que ha fichado él y Nihat.
Desde esa premisa cambió sustancialmente con su predecesor. Riesgo volvió a la portería y dos hombres que deberían ser indiscutibles a la hora de confeccionar el equipo en la situación actual Gari y Garitano se quedaron en el banquillo. Si con la defensa en zona en las acciones de estrategia, con la salvedad de la atípica jugada de Iruñea, se había conseguido detener la sangría en este tipo de acciones, se volvió a marcar al hombre... Pero el cambio más destacado fue el del sistema al jugar con dos triángulos adelante y atrás. Nihat, Skoubo y Mark González tenían en defensa un trío simétrico con Viafara, Ansotegi y Labaka. Junto a ellos dos laterales a los que Bakero encomendó la tarea de cerrar las bandas y dos medios centros Mikel Alonso y Novo que no sabían a donde tenían que ir, como sucedió con el tolosarra en la jugada del penalti.
Problemas de adaptación
El partido nació complicado porque, como es normal en estos casos, a los jugadores les cuesta mucho adaptarse a una nueva forma de jugar y llegaban tarde a todas las situaciones. Para el minuto 26 los realistas habían cometido once faltas por una sola los madrileños y ya habían visto tres tarjetas. No se concedían demasiadas ocasiones, apenas se pudo contabilizar una muy buena de Paunovic al margen de tres disparos sin demasiado peligro de Contra, Pernía y Guiza, pero el Getafe jugaba con comodidad en ataque, sobre todo porque los realistas más adelantados no recuperan un balón. Como es habitual en la Real, el esférico se recupera muy atrás y enseguida se pierde porque ayer se abusó más que nunca del juego directo hacia los tres delanteros, a pesar de que Skoubo ya manifestó que ese juego que sólo podría hacer bueno el danés no le favorece nada.
De esa manera, el Getafe, pese a ir por delante en el marcado, tuvo el 58% de la posesión del balón. Y es que la Real, con los cambios, no consigue la solidez defensiva y en ataque cada vez lo hace peor. No sabe qué hacer con el balón. Pese a su pésimo primer tiempo, la Real logró irse al descanso con un empate gracias al gol en su único disparo de Mark González, que demostró su calidad en un gran golpeo desde 35 metros en el que tuvo la inestimable colaboración de un Luis García mal colocado y lento en su reacción.Lejos de venirse arriba con el gol, la Real dejó en evidencia su fragilidad defensiva al conceder en los primeros nueve minutos de la continuación la jugada del segundo gol, que estuvo precedida de un remate al poste de Redondo. A partir de ahí, el Getafe controló el partido sin ningún apuro y más tras la expulsión de Viafara en otra acción en la que los realistas llegaban tarde y en la que el colombiano arriesgó demasiado sin necesidad de hacerlo.
El segundo tiempo de la Real fue tan malo como el primero. Los cambios no aportaron nada positivo. Y si el recurso lógico en un final como el de ayer es bombear balones poco se puede esperar con Garitano en el banquillo y De Paula en la grada. Skoubo intentó rematar una jugada de Mark González por la derecha y un saque de banda y eso fue todo lo que hizo la Real.
Una semana para mejorar
Bakero tiene una semana para trabajar de manera intensiva con sus ideas, para convencer a los jugadores de lo que deben hacer y para meditar y acertar en sus decisiones. Tiene a sus órdenes jugadores suficientes para lograr la permanencia y en sus análisis debe partir de cero y todos ellos deben ser iguales independientemente de quién los haya fichado.
La permanencia pasa obligadamente por cerrar la portería y, se juegue con una defensa de cinco o con una de cuatro, el equipo debe ser más fuerte en defensa desde arriba, impedir que el rival tenga el balón con tanta comodidad, robar balones lo más cerca posible de la portería rival, que es la mejor forma de mejorar en ataque. Y en ese objetivo es difícil sostener que jugadores como Gari y Garitano no estén en el once.