Sufrimiento sólo igualado por la dignidad
Se saludan con cariño. llevan años compartiendo el mismo fardo y saben que todavia durara pero estan decididos a aprovechar la oportunidad y a luchar para lograr cuanto antes el objetivo por el que nacieron y desaparecer:«Etxean nahi ditugu».

Suele decirse que compartir vivencias une mucho. A la vista de la asamblea que ayer celebró Etxerat en Biarritz, podría añadirse que compartir lucha y lágrimas une muchísimo. Lucha, larga ya, para conseguir que se respeten los derechos ­todos los derechos­ de los cientos de represaliados políticos que allí estaban representados. Lágrimas, la mayoría de las veces derramadas en la intimidad de sus casas, que ayer difícilmente contuvieron los cerca de ochocientos asistentes a esta V asamblea de «urgencia», como la calificaron los convocantes debido al agravamiento de las condiciones carcelarias y a la ofensiva jurídico-política de los últimos meses.

El auditorio del casino municipal labortano estaba a rebosar cuando comenzó la asamblea que se prolongó durante tres horas. Fue un acto sencillo, sin grandes florituras pero repleto de emotividad y de mensajes de gran firmeza que encajaban con el propio carácter de la asamblea en la que, cómo no, la situación que se perfila tras el alto el fuego permanente que el pasado miércoles hizo público ETA tuvo una influencia indiscutible.

Tras un primer homenaje tributado por familiares de Lapurdi que hicieron entrega de un ramo de flores a Joxepa Arregi, presidenta de Etxerat, a la nueva junta y el recuerdo a Gerardo Plaza, fallecido recientemente y que se ocupaba de las cuentas, fue la abogada Arantza Zulueta la primera en intervenir. La letrada no hizo más que retratar brevemente lo que los participantes en la asamblea conocen de sobra pero inciendo en una de las últimas medidas adoptadas por los tribunales españoles, la conocida como «doctrina Parot» con la que, según Zulueta se pretende instaurar «la cadena perpetua». Una medida que, sin duda, preocupa sobremanera a los familiares de presos como se reflejó en alguna de las intervenciones durante el debate. La abogada reiteró que, seguirán trabajando contra ese tipo de medidas y en la defensa de los presos «hasta que el último de ellos y el último de los exiliados vuelvan a casa».

Las luces se apagaron a continuación para proyectar un video que recogía, entre otros, los testimonios y mensajes de dos ex-presos vascos y de familiares de los últimos fallecidos en prisión que fueron especialmente impactantes por la fuerza y dignidad que transmitían. Cuando volvieron a encenderse las luces, los ojos enrojecidos que, a duras penas disimulaban muchos de los participantes, demostraban a las claras el nivel de identificación con las palabras y emociones emitidas.

El análisis y recorrido de Etxerat y de la situación de estos últimos años y meses, así como la recopilación de las principales reivindicaciones y contactos habidos con las fuerzas políticas y sociales, la necesidad de «blindar el estatus político de presos y refugiados», el llamamiento a impulsar el trabajo pueblo a pueblo, especialmente la participación en las concentraciones de los últimos viernes de mes cuya potencialidad «de convertirse en una presión insoportable para los estados es innegable», fueron los puntos que ocuparon la siguiente intervención y que dieron paso al momento más emotivo de la asamblea.

Aplausos interminables

El estruendo que se apoderó del recinto no acabó hasta que Idoia Muruaga, compañera de Igor Angulo, se acercó al micrófono para agradecer con palabras entrecortadas por la emoción la solidaridad manifestada, solidaridad que continuaron recibiendo hasta que volvieron a sus asientos, a través de palabras como «Herria zuekin dago» provenientes de las filas de butacas o manos que les rozaban cariñosamente a su paso por los pasillos. No hubo casi tiempo de relajarse de la intensidad del momento puesto que, acto seguido, subieron varios ex-presos representando al Colectivo de Presos Políticos Vascos y, tras enviar su mensaje, fueron los familiares de los últimos exiliados fallecidos ­Juanjo Urrutia, Iñaki Fernandez, Aitor Elorza y Jose Angel Landeta­ quienes recibieron el afecto de los allí congregados.

Las manos y ojos enrojecidos apenas pudieron volver a su ser ya que varios exiliados políticos que subieron al escenario, volvían a hacerlas resonar con una fuerza inusitada. En su mensaje, el colectivo de exiliados subrayó el papel jugado por los familiares «en esta larga lucha» con palabras como «habéis sido y sois el campamento base de la resistencia vasca» o «sois el factor humano indispensable para que la lucha continúe». Mencionaron las «perspectivas esperanzadoras abiertas por el alto el fuego» pero, al mismo tiempo, constataron que «por el momento, las cosas no han cambiado y que para que lo hagan será necesario que todos, vosotros y nosotros, las hagamos cambiar para que el sueño de todos de volver a casa se haga realidad».

En tono más relajado ya, subieron al escenario dos representantes del comité de apoyo a los presos bretones que reafirmaron su solidaridad con los familiares y represaliados vascos. También se leyó un mensaje solidario de la asociación de familiares de presos corsos en el que recordaron la similitud de la situación que viven en su país y saludaron «la valentía de ETA» y el rol de agente activo que tienen que tener los represaliados y sus familias en la solución.

Dos representantes del colectivo de familias de presos irlandeses hicieron partícipe a la asamblea de la experiencia vivida por ellas:«Estáis viviendo lo mismo que nosotras hace diez años. Recordad que las familias y presos tienen un papel fundamental en la solución».

Caramelos envenenados

Precisamente fue éste uno de los puntos en los que insistió Estanis Etxaburu cuya intervención fue la última de la densa asamblea. El portavoz de Etxerat comenzó recordando que «tenemos que hacer realidad el lema y objetivo principal de la asociación ‘Etxean nahi ditugu’ y lo lograremos si continuamos, como hasta ahora, trabajando como colectivo porque ahí está nuestra fuerza».

Etxaburu también alertó de «posibles caramelos envenenados» y repitió en que «es inadmisible que, aún ahora, se siga hablando de políticas penitenciarias flexibles o acercamientos», e incidió en que insistirán en que «se traiga el colectivo de nuestros familiares a Euskal Herria con todos los derechos que les corresponden y con estatus político. El objetivo es claro:tenerlos a todos en casa y que desaparezcan las causas que han provocado su existencia. Por ello reiteramos nuestro compromiso para trabajar por una solución definitiva que conlleve la desaparición misma de nuestra asociación».

Un deseo sin duda compartido por todos los asistentes a la reunión que regresaron a sus casas reafirmados en la trascendencia de su labor, especialmente en el proceso que se anuncia, y fortalecidos por el arrope mutuo de quienes comparten el mismo sufrimiento desde hace tantos años. -