ESPANYOL 0
ALAVES 0
GASTEIZ
Aparcados los delirios ofensivos de principios de temporada, el Alavés ha sabido dar con la tecla de la seguridad defensiva para dar un importante paso en pos de la permanencia, después de encadenar su tercer partido sin encajar un gol y cuatro sin perder, lo que le deja con un margen de tres puntos sobre el descenso. En una temporada especialmente dura,los jugadores albiazules han adquirido una gran dureza y fortaleza mental y en un partido de dos caras, el equipo albiazul sumó un importante punto ante un rival directo que sigue enfrascado en la lucha por supervivir. La dureza de la Primera División ha hecho que un equipo que salió con cinco delanteros en la jornada catorce haya interiorizado eso de que «cuando no puedes ganar lo importante es no perder», precisamente lo que hizo ayer en Barcelona.
Yes que, en una buena primera parte, el equipo gasteiztarra dispuso de llegadas al área rival como para haberse adelantado en el marcador pero, una vez asumido que no se acertó, se cerró atrás para sacar partido del miedo a perder de un Espanyol que no puso en problemas a Bonano.
Con la confianza de los tres últimos partidos sin encajar ningún gol, el Alavés, con una alineación que se va convirtiendo en habitual, apostó por su rigor atrás y robar el balón en posiciones peligrosas para aprovechar la velocidad de sus jugadores de vanguardia que, con un once inicial espanyolista muy ofensivo con la presencia de De la Peña en el pivote rival, dispusieron de muchos metros a las espaldas del centro del campo rival.
Con estas premisas, la puesta en escena albiazul fue buena, con el pero de que le faltó cierta lucidez y le sobró algo de precipitación en los últimos metros. Así, tras el tanteo inicial, el Alavés dispuso de buenas llegadas para haber puesto el marcador a su favor, especialmente en una contra en la que un buen taconazo de Bodipo dejó solo a Nené ante Gaizka Iraizoz, pero el brasileño picó en exceso el balón, que salió desviado de la portería del meta navarro.
La buena labor en el corte de la pareja de pivotes daba buenas opciones de ataque a un Alavés que no tuvo la precisión suficiente de la línea de tres cuartos para adelante, pero que pudo dar un golpe certero si Megía Dávila hubiera expulsado a Lopo con segunda tarjeta amarilla por una mano con la que paró un centro de un Coromina más asentado atrás, que incluso se permitió algunas incursiones por su carril.
Mientras Bodipo tuvo en sus pies el 0-1, primero en una jugada en la que no supo conectar con un De Lucas que se plantaba solo y luego en un disparo flojo, el Espanyol, pese a la apuesta ofensiva de Lotina, apenas inquietó a Bonano en jugadas a balón parado, como en un doble remate de Luis García y Coro y un cabezazo de Pandiani a centro de Juanfran.
Las tornas cambiaron sustancialmente en la segunda mitad, en la que, viendo que ofensivamente no tenían un día especialmente brillante ni acertado, los albiazules elevaron al máximo sus prioridades defensivas.
Aloisi, que no llegó a un buen centro desde la derecha de Quique De Lucas, tuvo la primera oportunidad en la reanudación, pero poco a poco, el Espanyol se fue haciendo con la posesión de la pelota, el Alavés retrasó su línea de presión y el guión cambió por completo.
Lotina movió ficha dando entrada a Tamudo y adelantando la posición de De la Peña,con lo que el cántabro estuvo mucho más participativo en ataque, pero el cambio tenía una doble intención, ya que el de Meñaka encontró en Fredson un jugador mucho más sacrificado en tareas de contención y es que el miedo a perder era latente en el Espanyol.
Con el Alavés bien colocado, el peligro local llegó principalmente en jugadas a balón parado y salvo los buenos balones colgados por De la Peña, Bonano sólo tuvo que emplearse en un par de ocasiones. En el 19 de la segunda mitad, Coro se encontró un balón franco que envió al lateral de la red y poco después fue Tamudo el que obligó a emplearse al portero argentino con una volea.
El Alavés se sentía cómodo y por ello Piterman se limitó a realizar prácticamente los cambios obligados. Blago sustituyó a un lesionado Nené en banda izquierda y, a falta de 20 minutos, volvió a buscar el revulsivo Jandro en un equipo que sorteaba la pelota con demasiada facilidad y que cedía toda iniciativa al rival.
El miedo a cometer un error irreversible se fue apoderando de los dos equipos y el 0-0 planeaba con cada vez más fuerza sobre el Lluís Companys. El Espanyol cedió en su empuje y el equipo albiazul supo dormir el choque a la espera de un zarpazo como un tiro final del «especialista» Carpinteroque esta vez se escapó arriba.