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Gara > Idatzia > Mundua 2006-03-27
David BROOKS ("La Jornada")
Cientos de miles de «migrantes» toman las calles de Los Angeles
Las imágenes de cientos de miles de migrantes y sus aliados en las calles de Los Angeles recorrieron el país. Entre los que protestaron figuran aquellos que han participado en una creciente ola de manifestaciones tanto en esta capital como en Chicago, Milwaukee, Atlanta, Denver y Phoenix, con el mensaje de un «ya basta» a las medidas antimigrantes, las humillaciones, abusos y atropellos.

Esto podría marcar el nacimiento de un nuevo movimiento social nacional en Estados Unidos, retomando las históricas banderas de las luchas laboral, de derechos civiles y de la dignidad con justicia. Como ha sucedido tantas veces en la historia de este país, este movimiento está encabezado por migrantes.

La Policía de Los Angeles calculó la participación de más de medio millón de personas, en lo que muy bien podría ser la movilización de migrantes más grande en la historia estadounidense, y la mayor marcha de protesta en Los Angeles. La manifestación, que llegó hasta la alcaldía angelina y rebasó las expectativas de los organizadores, cimbró el sábado las calles del centro de Los Angeles con un solo grito: «Somos trabajadores, no criminales». A la gran marcha también se unió el alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa.

Pero el sábado también marcharon unos 50.000 en Denver, Colorado; 4.000 en Sacramento, California, y unos 3.000 en Charlotte, Carolina del Norte, en lo que los medios locales consideraron «una de las manifestaciones más grandes en la historia reciente» de esa pequeña ciudad. Otros 2.000 protestaron el viernes en Kansas City, así como cientos en Cleveland.

Dejar las sombras

En las últimas semanas los migrantes han hecho algo sin precedente a escala nacional: cientos de miles decidieron salir de las sombras, de detrás de sus defensores y abogados, de detrás de los que hablan en su nombre, y se presentaron en los centros urbanos para afirmar que están presentes, y con ello han conformado un nuevo actor político en este país.

En dos semanas se han manifestado en más de 15 ciudades, y en algunas han constituido las mayores protestas realizadas en tiempos recientes.

De cierta manera, todo esto es un rescate de la lucha laboral y de derechos civiles de este país. Cuando más de 100.000 (tal vez fueron más de 200.000) migrantes y sus aliados tomaron las calles del centro de Chicago, el 10 de marzo, varios políticos y activistas señalaron que era la movilización más grande de la historia de esa ciudad desde fines del siglo XIX, cuando se desató ahí la lucha por la jornada de ocho horas ­lucha que cada 1 de mayo se celebra alrededor del mundo­.

Pero esa movilización histórica no sólo fue laboral; en esencia, también fue un movimiento de migrantes.

El viernes pasado, en Atlanta, organizadores de una acción para protestar contra medidas antimigrantes informaron que 80.000 latinos no se presentaron a sus trabajos -lo cual sería una de las protestas más grandes de los tiempos recientes en EEUU.

Estas últimas semanas han visto a 30.000 indocumentados ante el Capitolio, en esta capital; a 30.000 en Milwaukee, el jueves pasado, y a 20.000 tomando algunas de la calles centrales de Phoenix. Cientos de miles protestaron en ciudades como San Francisco, Trenton, Tucson, así como en pueblos de Oregón, Nueva Jersey y Tennessee, entre otros.

Para el 10 de abril preparan nuevas movilizaciones por sus derechos y para condenar medidas racistas y xenófobas. Esto se hará con marchas coordinadas en 10 ciudades, entre ellas Los Angeles, Nueva York, Chicago y Washington.

Aunque las protestas no son novedosas en sí, dado que sindicatos, organizaciones latinas y de defensa de indocumentados han realizado innumerables acciones durante décadas, sí hay algo diferente. Organizadores tanto de la megamarcha en Chicago, hace un par de semanas, como de la movilización de hoy en Los Angeles, señalan que la participación de grupos de la comunidad, de clubes de oriundos y sus federaciones, así como el papel de los medios latinos locales (la radio, sobre todo), son la clave de por qué las dimensiones de esa movilización fueron mucho mayores de lo pronosticado.

Pero lo más notable ahora fue la participación de un enorme abanico de organizaciones comunitarias, encabezadas por mexicanos, el grupo de migrantes más grande del país. Asistieron a la movilización desde ligas de fútbol hasta federaciones de clubes de Michoacán, Zacatecas, Durango, Jalisco, Guanajuato y varios estados más, así como asociaciones de comerciantes y estudiantes.

Oscar Chacón, director de Enlaces América, quien participó en la organización de la marcha de Chicago, comentó a La Jornada: «Creo que empezamos a ver el nacimiento del nuevo movimiento pro derechos civiles de Estados Unidos».

Artemio Arreola, sindicalista y uno de los líderes de la Federación de Clubes Michoacanos, había advertido que apenas empieza este movimiento, y que están «organizando otras partes del país para tratar de crear un efecto dominó». Señaló que todo esto marca el «despertar» de los migrantes en este país. -



Lourdes cruz solo tenia 12 años
Lourdes Cruz Morales sólo tenía 12 años. La chiquita mexicana perdió la vida el pasado 5 de marzo cuando un policía de la Patrulla Fronteriza estadounidense le «atropelló» junto a su padre, Juan Cruz Torralva, de 28 años, en las inmediaciones de la localidad de Dateland, en el estado norteamericano de Arizona. Los restos de Lourdes Cruz Morales regresaron ayer a México en un avión comercial que aterrizó en el aeropuerto de Oaxaca. Un coche fúnebre condujo el cadáver a la comunidad pobre y mayoritariamente indígena de Las Peras, donde la niña había nacido. La menor y su padre fueron interceptados y «atropellados» por el agente de la Patrulla Fronteriza. El policía, según el informe oficial, observó a una docena de ilegales que cruzaba el desierto y los abordó al volante de su camioneta. Dice el informe que el policía sólo se dio cuenta de que había «atropellado» a la niña y su padre cuando se bajó del auto. ¿Le cegó el racismo?


 
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